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Caminar después de comer, el hábito para mejorar los niveles de azúcar en sangre

Expertos aseguran que una caminata breve tras las comidas puede ayudar a regular los niveles de glucosa, contribuyendo a una mejor salud metabólica y previniendo enfermedades como la diabetes tipo 2.

POR REDACCIÓN

24 de marzo de 2025

Mantener los niveles de azúcar en sangre equilibrados es crucial para la salud general, y un reciente estudio ha destacado un hábito sencillo pero muy efectivo para lograrlo: caminar brevemente después de comer. Expertos en salud sugieren que dedicar entre dos y cinco minutos a una caminata suave tras cada comida puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los picos de glucosa, un factor esencial en la prevención de la diabetes tipo 2.

De acuerdo con el artículo de Eating Well, caminar solo unos minutos tras cada comida ayuda al cuerpo a utilizar la glucosa como fuente de energía, lo que reduce los niveles de azúcar en sangre. Este proceso, conocido como “barrido de azúcar”, mejora la respuesta del cuerpo a la insulina, la hormona que transporta el azúcar desde la sangre hacia las células. La dietista Raksha Shah explicó que este hábito es particularmente valioso para quienes llevan un estilo de vida sedentario, ya que no es necesario realizar ejercicios intensos para disfrutar de sus beneficios.

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Investigaciones recientes han demostrado que caminar entre dos y cinco minutos después de cada comida puede tener un impacto positivo significativo en la salud metabólica. Bess Berger, dietista de Eating Well, resaltó que este enfoque es una forma accesible de reducir el riesgo de diabetes tipo 2 sin necesidad de pasar largas horas en el gimnasio.

Cómo las pausas para caminar mejoran la salud metabólica

Según el estudio, realizar pausas breves para caminar puede reducir significativamente los niveles de glucosa e insulina tras las comidas. En total, las pausas suman un promedio de 28 minutos de actividad física de baja intensidad al día, lo que es mucho más que un estilo de vida sedentario. Además de los beneficios metabólicos, estas caminatas también ayudan a mejorar la circulación y a activar los músculos grandes del cuerpo, lo que se traduce en una mayor eficiencia en el uso de la glucosa.

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Para quienes tienen dificultades para mantenerse activos, los expertos sugieren pequeños ajustes en la rutina diaria. Por ejemplo, colocar una plataforma para caminar debajo del escritorio, establecer recordatorios para levantarse cada cierto tiempo o aprovechar actividades cotidianas como hablar por teléfono para caminar un poco. Incluso las tareas domésticas, como pasar la aspiradora o realizar estiramientos mientras se ve televisión, pueden contribuir a mejorar la salud metabólica.

Complementar el ejercicio con una dieta equilibrada y buen descanso

Además de caminar, otros factores clave para mantener un nivel saludable de azúcar en sangre incluyen una dieta balanceada y una buena calidad de sueño. La dietista Raksha Shah recomienda una dieta que incluya verduras ricas en fibra, proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables. Estos alimentos ayudan a prevenir los picos de glucosa y promueven un bienestar general.

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En cuanto al sueño, estudios han demostrado que la falta de descanso o el mal sueño pueden elevar los niveles de azúcar en sangre al día siguiente. Establecer una rutina de sueño regular y buscar formas de relajarse, como la meditación o la lectura, puede mejorar la calidad del descanso.

El estrés es otro factor importante a tener en cuenta, ya que el estrés crónico eleva los niveles de cortisol, lo que puede generar fluctuaciones en el azúcar en sangre. Actividades relajantes como el yoga o tomarse un tiempo para descansar son recomendaciones clave para controlar el estrés y sus efectos en la salud metabólica.

Conclusión: Un pequeño cambio con grandes beneficios

Incorporar caminatas breves después de las comidas es un hábito sencillo que puede marcar una gran diferencia en la salud metabólica y en la regulación del azúcar en sangre. Este enfoque no solo ayuda a prevenir la diabetes tipo 2, sino que también mejora el bienestar general. Lo mejor de todo es que no requiere de esfuerzos extremos ni cambios drásticos; pequeñas pausas para caminar pueden tener un impacto positivo a largo plazo.

Mantenerse activo durante el día, ya sea caminando, bailando o realizando actividades cotidianas, puede contribuir enormemente a mejorar los niveles de glucosa y reducir los riesgos asociados con las enfermedades metabólicas. La clave está en hacer estos pequeños ajustes parte de la rutina diaria para disfrutar de una vida más saludable.

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