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Economía

Entró en vigencia la ley que impide a municipios usar regalías mineras para gastos corrientes

La norma fue aprobada en noviembre pero no había salido hasta hace unos días en el Boletín Oficial.

POR REDACCIÓN

22 de marzo de 2021

Desde el 17 de marzo los intendentes sanjuaninos ya no podrán usar con total libertad los fondos que dejan las empresas en concepto de regalías mineras. Desde ese día, cuando fue reglamentada la modificación a la ley de regalías, tendrán prohibido utilizar los fondos en gastos corrientes.

Se trata de una modificación que surgió el Acuerdo San Juan, que busca que las gestiones municipales no puedan usar lo que dejan las mineras para, por ejemplo, pagar sueldos. En cambio, los gobiernos departamentales deberán sí o sí invertir en obras de infraestructura y que sean inversiones estratégicas.

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Esto está destinado a que el impacto de la actividad en los municipios deje también cambios estructurales para el futuro. El dinero debe destinarse, por ejemplo, a inversión en viviendas, en infraestructura productiva o turística, u obras de saneamiento. 

La ley vieja también contemplaba un porcentaje mayor que quedaba en el municipio. Esto significará que en lugar de llevarse un 33% ahora irán a las intendencias solo el 20%. Esa reducción  y regulación a los municipios hará que el restante de lo recaudado aumente para los otros dos destinatarios: Rentas Generales y el Ministerio de Minería.

Pero esta reducción no aplicará a las dos minas que más dinero de las regalías producen, que son Gualcamayo y Veladero. Es que el artículo modificado, el número 17, aclara que el cambio en el porcentaje será para las minas que haya aprobado su Declaración de Impacto Ambiental después de noviembre de 2007. Justo las dos explotaciones de oro lo hicieron antes de esta fecha, por lo que Calingasta e Iglesia seguirán disfrutando de ese 33%.

La iniciativa se originó en el Acuerdo San Juan pero también fue una decisión política para controlar que los intendentes no utilicen los fondos excepcionales como si fueran presupuesto ordinario del municipio. Es que las regalías no son un impuesto como tal sino que están pensados como una devolución de riqueza que debe tener una finalidad estratégica que, en el futuro, signifique un futuro sustentable para la comunidad, incluso cuando la mina deje de producir. 

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