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Sube la morosidad de las familias argentinas y ya afecta al 50% de los hogares
En el primer semestre 2025 la mitad de los hogares argentinos tuvo que usar ahorros, pedir dinero prestado, vender pertenencias y hasta comprar comida en cuotas.
POR REDACCIÓN
La combinación de caída del salario real, aumento del desempleo y cierre acelerado de empresas derivó en un fuerte deterioro financiero en los hogares argentinos. A pesar de la baja de la inflación lograda por el gobierno de Javier Milei, el impacto social del ajuste se intensificó y derivó en un récord de endeudamiento y morosidad, según informes recientes del Indec y del Banco Central.
El informe del Indec “Estrategias de manutención: ¿cómo organizan su economía los hogares argentinos?” reveló que en el primer semestre de 2025 la mitad de los hogares debió recurrir a ahorros, préstamos, ventas de pertenencias o compras fiadas para poder llegar a fin de mes. El organismo marcó que el uso de ahorros pasó del 19,9% en 2003 al 37,4% en 2025, y que los préstamos bancarios y el financiamiento informal crecieron de manera sostenida.
En ese contexto, el Banco Central confirmó que la morosidad de las familias volvió a aumentar en septiembre y llegó al 7,3%, el nivel más alto desde que existen registros, iniciados en 2010. Se trata del undécimo incremento consecutivo, impulsado principalmente por los préstamos personales (que subieron al 9,1%) y las tarjetas de crédito, cuya irregularidad escaló al 7,4%.
El deterioro también llegó a los préstamos prendarios, mientras que los hipotecarios se mantuvieron estables en 0,9%. Entre las empresas, la morosidad avanzó de 1,4% a 1,7%, con mayor impacto en los créditos con garantía prendaria. En total, considerando familias y compañías, el índice de irregularidad pasó del 3,7% al 4,2%, el más elevado desde inicios de 2022.
Los datos dan cuenta de un cambio profundo en la estructura económica de los hogares. Según el Indec, el 50,9% debió financiar compras en cuotas o al fiado, el 16,1% pidió dinero a familiares o amigos, el 14,2% recurrió a financieras y el 9,3% vendió pertenencias.
Para los especialistas del CEPEC, “el financiamiento dejó de ser una herramienta de progreso para transformarse en un mecanismo cotidiano de supervivencia”, donde la deuda reemplaza al ahorro y a la mejora real de los ingresos. El Indec concluyó que, ante la falta de recursos laborales y no laborales, los hogares recurren a estrategias de descapitalización y endeudamiento para cubrir sus necesidades más básicas.