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Un año de prisión en suspenso: la condena a la obstetra por la muerte de un bebé
Tras 20 días de juicio, el juez Alberto Caballero condenó a la obstetra Daniela Saldívar a un año de prisión en suspenso y cinco años de inhabilitación por la muerte del recién nacido en 2021.
POR REDACCIÓN
Este miércoles llegó a su fin el juicio contra la obstetra Daniela Saldívar, acusada de presunta mala praxis por el fallecimiento de Lorenzo Narváez Barrionuevo, ocurrido en el Hospital Rawson en 2021. El caso se convirtió desde un primer momento en uno de los expedientes de mayor repercusión mediática y social en San Juan, generando una marcada división entre el pedido de justicia de los familiares del bebé y el fuerte respaldo brindado por un amplio sector del personal de la salud a la profesional imputada.
La expectativa por la resolución judicial fue en aumento a lo largo de la jornada, especialmente luego de las últimas palabras de Saldívar, quien se dirigió al tribunal con un breve discurso en el que intentó transmitir su versión de los hechos y su compromiso profesional. “En ningún momento uno pretende hacerle daño a una criatura; al contrario, siempre se busca por todos los medios brindarle lo mejor a ese bebé que está naciendo”, expresó visiblemente afectada.
Tras escuchar a la acusada, el juez de Garantías Alberto Caballero se retiró a deliberar y, minutos después, dio a conocer su veredicto. El magistrado resolvió condenar a la obstetra a un año de prisión en suspenso, lo que evita que deba cumplir pena efectiva en la cárcel, y dispuso además su inhabilitación por cinco años para ejercer la profesión. La sentencia fue recibida con reacciones encontradas: mientras la familia del bebé la consideró insuficiente frente a la pérdida irreparable, el sector médico que acompañó a Saldívar lamentó la inhabilitación aunque valoró que no se dictara prisión efectiva.
La Fiscalía, representada por Francisco Micheltorena, había solicitado previamente una pena mucho más severa: 3 años y 6 meses de prisión de cumplimiento efectivo, sosteniendo que hubo responsabilidad directa de la profesional en el desenlace fatal. En contrapartida, la defensa de Saldívar insistió en su pedido de absolución, argumentando que la obstetra actuó conforme a los protocolos y que la muerte del recién nacido fue consecuencia de una situación clínica compleja y no de una omisión o negligencia.
Finalmente, la decisión quedó en manos del juez Caballero, quien debió evaluar no solo el proceso y la prueba presentada, sino también el fuerte impacto social que generó el caso. Conocido el fallo, se abre ahora la instancia para que las partes decidan si apelan o no la resolución, un escenario que no está descartado dada la trascendencia del expediente y el nivel de disconformidad manifestado tras la sentencia.