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Encuentros confidenciales con Londres, mientras Washington negocia instalarse en Ushuaia
En un giro estratégico de la política exterior, el gobierno argentino avanza en un acercamiento militar reservado con el Reino Unido. Mientras se desarrollan reuniones secretas para discutir cooperación en defensa, Estados Unidos negocia en paralelo el establecimiento de una base militar en Ushuaia.
POR REDACCIÓN
El gobierno argentino inició un proceso de acercamiento con el Reino Unido que incluye un inédito componente de cooperación militar, según confirmaron fuentes castrenses. Este acercamiento se materializó a través de una reunión reservada, convocada por la embajada británica en Buenos Aires, a la que fueron designados miembros de las Fuerzas Armadas argentinas por parte del Ministerio de Defensa. La convocatoria solicitó la participación de representantes de áreas específicas como inteligencia, infantería de marina, doctrina y educación, con el objetivo declarado de discutir estrategias de defensa y cooperación bilateral.
Paralelamente, se programó una actividad académica en la Universidad Nacional de Defensa, centrada en el análisis del conflicto en Ucrania desde una perspectiva tecnológica y militar. Dicha actividad, si bien calificada como abierta, fue comunicada mediante un correo electrónico interno dirigido al cuerpo docente, sin una difusión pública amplia. Este hermetismo responde a la sensibilidad política que aún genera el conflicto de soberanía sobre las Islas Malvinas, un reclamo que el gobierno mantiene en el discurso pero que en la práctica parece estar desactivando mediante este tipo de acercamientos.
Este giro en la política exterior se produce en un contexto estratégico complejo, marcado por el interés de Estados Unidos en establecer una presencia militar en el extremo sur del continente. Reportes indican que el gobierno estadounidense ha intensificado sus gestiones para instalar una base militar en la ciudad de Ushuaia, condición que, según especulaciones, formaría parte de las negociaciones económicas más amplias entre ambos países. La histórica alianza militar entre Estados Unidos y el Reino Unido sugiere que cualquier actividad estratégica en el Atlántico Sur contaría con el aval británico, dada la importancia de las Islas Malvinas como plataforma de la OTAN en la región.
La nueva orientación diplomática ha generado malestar en sectores militares, diplomáticos y entre agrupaciones de excombatientes, quienes perciben una clara contradicción entre estas acciones y el reclamo de soberanía. Esta percepción se vio reforzada por otros episodios, como la recepción del nuevo embajador británico –proveniente de una petrolera con intereses en la plataforma continental argentina– y la adquisición de aviones de combate F-16 cuyos sistemas de radar, según se reveló, carecen del alcance necesario para operaciones sobre el archipiélago en disputa.
Este realineamiento estratégico, que prioriza la alianza con las potencias occidentales, se está llevando a cabo de manera hermética y sin debate legislativo, lo que acentúa las especulaciones sobre un cambio estructural en la política exterior y de defensa de la Argentina.