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Indignación en Valle Fértil: los vecinos exigen respeto y cuidado por los espacios públicos
La quema de la emblemática palmera de la isla del dique, los daños en el portal de ingreso a Villa San Agustín y la quema de basura en la Planta de RSU encendieron la preocupación y la tristeza entre los vecinos. El pedido común es uno: "aprender a cuidar lo nuestro".
La jornada en Valle Fértil comenzó con una noticia que golpeó fuerte a la comunidad: la palmera de la isla del dique San Agustín fue incendiada.
El fuego, provocado por manos anónimas, destruyó uno de los íconos naturales y turísticos más queridos por los vallistas, una postal que durante años fue parte del paisaje de quienes visitan o viven en el lugar.
“El fuego no solo destruyó una planta, sino un símbolo”, lamentaron los vecinos que se acercaron al lugar. “Esa palmera se destacaba entre la vegetación autóctona, era parte de nuestra identidad. Cuesta entender cómo alguien puede hacer algo así”.
La tristeza se mezcla con la indignación. Muchos recuerdan que, pese a las campañas de concientización en redes sociales y medios locales, el daño ambiental y urbano continúa repitiéndose. “Nos estamos haciendo mal a nosotros mismos”, expresan con impotencia.
Destrucción sin sentido
El ataque a la palmera no fue el único hecho vandálico que afectó al departamento en los últimos días. El portal de ingreso a Villa San Agustín, una de las estructuras más representativas de la zona, apareció con los vidrios rotos y piedras esparcidas a su alrededor. Un hecho que, además de la pérdida material, genera desconcierto y enojo entre quienes trabajan a diario por mantener la buena imagen del destino turístico.
“¿Con qué fin? ¿Qué se gana rompiendo lo que nos representa?”, se preguntan vecinos y comerciantes locales.
A esto se suman los incendios provocados en contenedores de residuos. Pese a los reiterados avisos sobre no arrojar brasas o cenizas encendidas en los contenedores de basura, el personal de Bomberos Voluntarios debió intervenir nuevamente para sofocar un foco ígneo en la planta de RSU.
Las autoridades advirtieron que si el fuego hubiera alcanzado un camión compactador, el daño habría sido incalculable.
Cuidar el Valle, una tarea de todos
Los vallistos coinciden en que los actos de vandalismo no solo destruyen bienes públicos o símbolos naturales, sino que dañan la identidad de una comunidad que se enorgullece de su entorno y su historia turística.
La situación encendió un llamado colectivo a la reflexión y al compromiso ciudadano.
“En tiempos donde la seguridad es fundamental, necesitamos trabajar unidos para prevenir estos hechos. La colaboración de todos es clave para mantener un ambiente seguro y protegido”, señalaron desde el municipio y distintas instituciones locales.
Además, pidieron que quienes observen movimientos sospechosos den aviso inmediato a la policía o a los vecinos cercanos, para poder actuar antes de que se repitan nuevos hechos.
Un llamado a la conciencia
El mensaje que recorre las calles de Valle Fértil es claro: cuidar lo nuestro no es una obligación, es una responsabilidad compartida.
Cada piedra arrojada, cada fuego encendido sin control, cada daño a lo público afecta a toda la comunidad.
“Tenemos que volver a las raíces, a esos valores que nos enseñaron nuestros mayores, cuando el respeto por la tierra y por el otro era una costumbre diaria”, dicen los vecinos con tristeza, pero también con esperanza.
Entre el enojo y el dolor, el pueblo vallista busca convertir la indignación en acción, recordando que el Valle solo puede seguir siendo el que fue “si todos lo cuidamos como propio”.