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Kast, el nuevo presidente de Chile afín a Milei y con un pasado "anti argentino"
El líder del Partido Republicano obtuvo el 58% de los votos, la mayor votación desde el retorno a la democracia. Su "gobierno de emergencia" promete un giro en seguridad, economía y valores, y redefine la relación con Argentina.
POR REDACCIÓN
El 14 de diciembre de 2025, José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, obtuvo una victoria electoral sin precedentes en Chile, logrando el 58% de los votos en la segunda vuelta. Con más de siete millones de sufragios, su triunfo representa el giro más pronunciado hacia la derecha conservadora desde el retorno a la democracia en 1990, superando incluso la votación de cualquier candidato desde ese entonces.
Kast, un abogado de 59 años proveniente de una familia de inmigrantes alemanes, forjó su carrera política en el movimiento gremial universitario. Tras años en la Unión Demócrata Independiente (UDI), fundó en 2019 el Partido Republicano, catalizando una derecha que se autodenomina "nueva" y que se caracteriza por un nacionalismo firme y un conservadurismo social arraigado.
Los tres pilares del "Gobierno de Emergencia"
La plataforma que llevó a Kast a La Moneda se estructura como un "gobierno de emergencia", enfocado en tres pilares fundamentales anunciados durante su campaña:
- Recuperar el Orden y la Autoridad: El eje central de su propuesta es un "Plan Implacable" contra la delincuencia y el crimen organizado. Esto incluye penas más duras, mayor respaldo a Carabineros y la construcción de cárceles de máxima seguridad. En materia migratoria, promete una política de "mano dura" con expulsiones y un "Escudo Fronterizo" que involucraría a las Fuerzas Armadas para controlar los límites del país.
- Reimpulsar el Progreso Económico: Kast plantea un drástico recorte fiscal de 6.000 millones de dólares en sus primeros 18 meses, eliminando lo que califica como gasto superfluo del Estado. Su plan busca reducir trámites burocráticos, especialmente para las pymes, y reactivar la creación de empleo mediante un modelo de libre mercado.
- Restaurar la Libertad con una Agenda de Valores Conservadora: De profunda convicción católica, Kast ha sido un opositor histórico al derecho al aborto, al matrimonio igualitario y a lo que denomina "ideología de género". Su gobierno promoverá una agenda de valores tradicionales, alineándose con figuras internacionales ultraconservadoras.
Relación con Argentina: Entre la afinidad ideológica y las tensiones históricas
La dinámica bilateral con Argentina estará marcada por una dualidad única: una sintonía ideológica profunda con el gobierno de Javier Milei, pero bajo la sombra de sensibles diferencias históricas en materia de soberanía.
- El "Eje" Kast-Milei: El entendimiento político entre ambos mandatarios es evidente. Kast ha expresado tener "grandes sueños" de colaboración con su par argentino, con quien comparte una visión económica liberal y un discurso contra el "establishment". El contacto entre ambos fue inmediato tras la elección, y se espera que esta afinidad facilite la cooperación en áreas prácticas como seguridad, infraestructura transfronteriza e integración energética. La Cancillería argentina ya extendió su disposición a "trabajar conjuntamente".
- La Cuestión de la Patagonia: Un Fantasma en la Relación: El principal punto de fricción potencial son las declaraciones históricas del propio Kast. En el pasado, el ahora presidente electo ha realizado comentarios nacionalistas sobre la Patagonia, llegando a acusar a Argentina de "robar territorio" chileno. Si bien su programa de gobierno actual no detalla propuestas concretas sobre este tema, esas posturas han generado una percepción de tensiones latentes y lo han etiquetado como una figura "antiargentina" en algunos sectores de la opinión pública y la política. Se anticipa que su administración mantendrá una posición firme y vigilante sobre todos los temas limítrofes y de soberanía, incluyendo la Antártida.
Desafíos en un escenario regional complejo
Kast asumirá el poder en un contexto sudamericano fragmentado y polarizado, donde gobiernos de derecha (Argentina, Bolivia, Paraguay) coexisten con importantes líderes de izquierda (Brasil, Colombia, México). Los analistas prevén que es más probable la formación de coaliciones flexibles por temas específicos—especialmente seguridad y combate al narcotráfico—que un bloque ideológico monolítico.
A nivel global, uno de sus mayores desafíos diplomáticos será navegar entre dos gigantes. Por un lado, su evidente alineamiento con los Estados Unidos de Donald Trump, quien ha reactivado su interés en la región. Por otro, la realidad del pragmatismo económico con China, el principal socio comercial de Chile. Equilibrar esta ecuación sin afectar los intereses comerciales nacionales será una tarea crucial.
José Antonio Kast asumirá la presidencia de Chile el 11 de marzo de 2026. Su gobierno no solo promete una transformación interna basada en el orden, la austeridad y los valores tradicionales, sino que también redefine el eje Santiago-Buenos Aires, instalando una relación de cercanía ideológica sin borrar por completo las sensibles diferencias históricas. La cooperación pragmática y la gestión diplomática de los temas soberanos determinarán si esta nueva era se consolida como una alianza estratégica o queda marcada por viejos fantasmas.