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'Efecto campaña' y polarización: cómo es el escenario político hacia las PASO

Un especialista opina sobre la pelea por la Casa Rosada, el Senado, los heridos y 'la grieta' que vuelve a consolidarse en una segunda elección a nivel nacional. 

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

No sólo la política amenaza con ponerle freno a los sueños reelectorales del oficialismo. De hecho, hasta  el sorpresivo anuncio de la fórmula Fernández–Fernández, los principales miedos del Gobierno provenían del campo económico.

En abril la actividad económica tuvo una caída del 1,3 % respecto al mismo mes de 2018 (aunque creció un 0,8 % en relación a marzo) y continúa una tendencia negativa que ya lleva cuatro trimestres consecutivos. La  todavía registra números altos –mayo cerró en 3,1 %, un alivio frente al 3,4 % de abril y el 4,7 % de marzo– ; y la tasa de desempleo en los tres primeros meses del año alcanzó el 10,1 %, un punto por arriba del primer trimestre de 2018. “En situaciones normales, y en este contexto económico, los gobiernos pierden elecciones”, apunta Javier Zelaznik, director de la licenciatura en Ciencia Política y Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella.

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Sin embargo, no descarta que la ‘pax cambiaria’ producto de un dólar estable; la polarización –esta vez en un tono más moderado gracias a la incorporación de Alberto Fernández y Miguel Ángel Pichetto a las fórmulas más competitivas–; y el ‘efecto campaña’ pueden terminar creando para el Gobierno un escenario menos adverso de lo que pronosticaban las encuestas. “Es como cuando juegan River y Boca  el clásico es un mundo aparte –compara Zelaznik–, no importa cómo vienen jugando hasta ese momento, cuando juegan entre ellos es un partido totalmente diferente. La campaña crea en sí misma una dinámica que seguramente va a favorecer al gobierno si diseñan bien la estrategia”.

De hecho, en el último antecedente electoral, las legislativas de 2017, antes de Elecciones PASO. también se le auguraba un panorama complicado para , sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, donde se enfrentaban la fórmula de Cristina Kirchner y Jorge Taiana con la de  Esteban Bullrich y Gladys González. Sin embargo, Cambiemoslogró ganar en 12 provincias en agosto y consolidó su victoria rumbo a octubre.  “La polarización es importante, muchos están votando en contra del otro independientemente de cómo les vaya a nivel económico. Entonces si en la campaña, por ejemplo, para el electorado que está en el medio hay cosas que no le gustan de un lado o del otro y que lo ven como una amenaza, es probable que eso determine hacia dónde va a direccionarse ese votante del medio, que es el que va a definir las elecciones. Y eso tiene que ver con la campaña y su grado de centralización”, explica el politólogo.

Más allá de la pelea por la Casa Rosada, otro botín para ambas fórmulas es el Senado que en estas elecciones renueva 24 de sus 72 bancas. Para Zelaznik, “Hay una dimensión que tiene que ver con la gobernabilidad y que es algo que le preocupa a ambas fuerzas (particularmente a Juntos por el Cambio, que está en una posición de mayor debilidad al respecto, pero también en el caso del kirchnerismo): la posibilidad de controlar el Senado, no solamente por controlarlo en sí mismo sino como llave para garantizar una agenda, que no sabemos cuál será en cada uno de los casos todavía”.

Mirando tal vez más hacia 2020 que a 2019, Juntos por el Cambio buscó en Miguel Ángel Pichetto la posibilidad del “manejo del Senado en un contexto difícil”, mientras que CFKlogró imponer candidatos alineados con el kirchnerismo en los primeros lugares en las listas para senadores del Frente de Todos. “Tener un Senado dirigido por la expresidenta y con una composición diferente, producto de la incidencia que tuvieron los sectores más kirchneristas en el marco de la construcción de las lista de senadores le daría autonomía a los peronistas respecto de los gobernadores. Si gana el Frente de Todos, el jefe de ellos no va a estar en los gobiernos de la provincias, sino que va a estar sentada delante de ellos, digamos”, agrega Zelaznik.

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- ¿Cuántos votos le podrían aportar sus compañeros de fórmula a Cristina Kirchner y a Macri?
Es marginal. Creo que en ambos casos están pensando menos en los votos que aportan los compañeros de fórmula, que en los votos que eventualmente aporten aquellas personas que puedan acercarles. Por ejemplo, tanto en San Juan como en Entre Ríos, donde los gobernadores explícitamente decían que los seducía la alternativa de Roberto Lavagna, automáticamente se alinean con la estrategia nacional de lo que termina siendo el Frente de Todos. Entonces  no es una figura que aporte votos por sí mismo, pero sí aporta vínculos con otra gente que eventualmente pueda sumar votos. Y lo mismo, con un éxito incierto todavía, para el rol de Pichetto. Yo no sé cuántos votos pueda tener toda la gente que Pichetto está tratando de acercar a Cambiemos, pero sean muchos o pocos, muchos de esos votos no serían claramente de Cambiemos sin la presencia de Pichetto. Por ejemplo, algunos senadores como Romero, que va en Salta a la reelección en el marco de Cambiemos, algunos legisladores del peronismo correntino que aparentemente  –hay que ver lo que pasa– estarían alineados con la estrategia de Cambiemos y que eventualmente esos líderes, sí puedan tener la capacidad de aportar algunos votos en los distritos en los que actúan.

-¿Y cómo queda el espacio de Sergio Massa después de incorporarse, sin mucho éxito, al Frente de Todos?
Ahí hay dos cosas a considerar: la primera es ¿por qué  hace esto? Una respuesta sería: Massa hace esto porque se dio cuenta de que su electorado prefería ir en el marco de una fuerza de oposición, aunque ahí esté el ,  para ganarle a Cambiemos. Si eso fuera verdad –que no digo que lo sea– el costo electoral de Massa es casi inexistente porque él estaría haciendo lo que su base electoral quiere. Pero si eso no es así y, en realidad, muchos de los líderes que están abajo de Massa veían que si iban en una tercera alternativa no podrían ser reelectos o ser candidatos exitosos y eso fue lo que lo movió a Massa, me imagino que parte de su electorado puede terminar en otro lado. De hecho, había algunos dirigentes del massismo en la provincia de Buenos Aires que ya se habían pasado al kirchnerismo antes que él, entonces esa tensión es difícil de manejar para cualquier líder político. Muchas veces los líderes políticos toman decisiones cuestionables para evitar que la tropa se le desbande.
El tema es ver cómo este movimiento de Massa repercute en sus votantes.Algún costo electoral va a tener, pero en términos concretos pero eso se hubiese visto si él hubiera ido de candidato a Presidente contra Alberto Fernández en unas PASO. Ahora, si encabeza la lista de diputados del Frente de Todos y saca el 40 % es más difícil distinguir de dónde vienen los votos.

-Al principio parecía que la política tendría una oferta electoral alternativa, sin embargo después de la conformación de las alianzas se diluyó en la polarización nuevamente
La polarización te lleva a acumular hasta un límite. Llega un punto que todos los votantes que cayeron de tu lado están todos ahí: los otros están del otro lado, por efecto de la polarización, o en el medio porque son inmune a la polarización. Entonces cuando el efecto de la polarización dejó eso del medio y vos no tenés lo suficiente para ganar, tenés que hacer otra cosa: a los votos que tengo para la polarización le sumo otros votos con una estrategia diferente y eso es Alberto Fernández o Pichetto.
El otro problema fue el sainete que armaron los líderes de la tercera vía, especialmente el caso de Roberto Lavagna que, existiendo un mecanismo para resolver los conflictos de candidatura, no quiso. Eso terminó haciendo dos grupos, cada uno de los cuales era inviable. El sistema político daba los mecanismos para resolverlo, los líderes políticos, por lo menos algunos de ellos, pensaron que era mejor otra cosa. En términos de candidatura fue efectivo porque Lavagna es el único candidato de ese espacio, después veremos si electoralmente le sirve para algo.

-Vamos a una segunda elección nacional en el trasfondo de esta grieta, ¿se podría estar reconfigurando el sistema político?
Existe la posibilidad de que esté ocurriendo eso. Sería la segunda elección –es bastante– donde hay dos  grandes coaliciones, Cambiemos y el kirchnerismo, por llamarlo de alguna manera, que representan más o menos lo mismo. Entre 2003 y 2015 lo que tuvimos fue una fragmentación y volatilidad del 'no–peronismo' por así decirlo, y una rotación permanente de cuál era el actor importante dentro de ese espacio– Primero Ricardo López Murphy, después Elisa Carrio, Hermes Binner...  Ahora tenemos dos elecciones consecutivas en las cuales el kirchnerismo y sus aliados, está compitiendo en contra de una coalición que, más allá de la incorporación de Pichetto y otros líderes, representa más o menos lo mismo. Y en el reparto de cargos se ve: el Pro, la Coalición Cívica y la UCR, como tres actores relevantes.
Ahora, esa estabilidad va a depender de varias cosas. La primera es cómo le vaya a Cambiemos en las elecciones: ¿Si pierde, existe la posibilidad de que ese acuerdo entre estos actores continúe aún estando en la oposición o lo único que los une es el espanto al momento de las elecciones y el acceso a los cargos en el Poder Ejecutivo? En caso de que reelija, es probable que eso se vaya consolidando. Pero la gran pregunta es qué va a pasar con Juntos por el Cambio en caso de que no gane. Lo más probable es que, aún perdiendo, lo haga como una alternativa competitiva: si Juntos por el Cambio pierde con el 35%, bueno ahí hay un 35 % que, en un contexto diferente, puede ser más.
Me parece que la mayor prueba de si vamos hacia esa bipolaridad la vamos a tener si Juntos por el Cambio pierde. Si gana es más fácil que continúen unidos, y del otro lado la 'identidad peronista' –sea lo que esto signifique para los diferentes actores que participan del armado del Frente de Todos– es, de alguna manera, una amalgama que los mantiene más o menos atados. No necesariamente unidos o atados de manera estrecha, pero hay un vínculo que esa identidad común les da.

-¿El contexto económico puede inclinar la cancha en contra del Gobierno?
En estos meses la gente va a tener un poquito más de plata en el bolsillo por las paritarias que se negociaron, pero en términos económicos si bien va a empezar a haber una mejora, no se va a notar. El dólar influye en el humor y eso influye en la valoración del gobierno, entonces indudablemente esta paz cambiaria juega a favor del Gobierno. Lo otro que va a jugar a favor del gobierno es la campaña, que crea una cápsula… En abril de 2017 parecía que al gobierno le iba a ir pésimo en las elecciones, pero en el contexto de la campaña fue subiendo su imagen, y también fue mejorando la economía en ese proceso. Pero la campaña crea en sí misma una dinámica que seguramente va a favorecer al gobierno si diseñan bien la estrategia de campaña. Si la paz cambiaria y el efecto campaña va a ser suficiente para que el Presidente sea reelecto, todavía no lo podemos saber.

CECILIA FILAS

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