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Cómo es el lujoso camarín que Wanda Nara heredó de Susana Giménez
El espacio que fue de Susana Giménez hoy lleva el sello de Wanda Nara: un refugio íntimo de lujo contemporáneo donde conviven el rosa, el dorado y el secreto.
POR REDACCIÓN
Wanda Nara se encuentra en un momento en el que cada detalle que se filtra de su vida detrás de cámaras se convierte en tema de conversación. Recientemente, la figura pública abrió las puertas de un espacio histórico dentro del espectáculo argentino: el camarín que heredó de Susana Giménez. La revelación mostró cómo lo transformó completamente para convertirlo en un refugio tan personal como glamoroso.
Este camarín, que durante décadas fue sinónimo de lujo televisivo gracias al sello de Susana, ahora luce un estilo totalmente renovado. Wanda lo rediseñó siguiendo una estética que mezcla femineidad, modernidad y esa dosis de opulencia suave que tanto la caracteriza. La transformación es, literalmente, una extensión de su universo: sofisticado, cálido y cuidadosamente pensado para funcionar como espacio de trabajo, relax y producción.
Para quienes conocen la historia del camarín, el cambio es notorio. Mientras que Susana, fiel a su estilo, siempre lo mantuvo impecable, glamoroso y con esa impronta de estrella absoluta que la acompañó durante toda su carrera, el espacio bajo el mando estético de Wanda adquiere una nueva vida. Sigue siendo lujoso, pero ahora con un sello contemporáneo, propio, más alineado al universo visual de ella.
A simple vista, lo que más llama la atención son las paredes rosas. Este tono blush suave ilumina el ambiente y remite directamente al estilo que Nara consolida en sus últimos proyectos fotográficos y televisivos. Ese rosa dialoga con los cuadros en blanco y negro con fotos icónicas de ella, creando una suerte de mini galería personal que combina glamour con identidad. Los muebles acompañan esta estética. Wanda eligió sillones en verde inglés, un color profundo y elegante, que aporta un contraste decisivo y hace que toda la ambientación se sienta más sofisticada. Los detalles dorados en las patas y los ribetes elevan aún más el look, una elección que parece sacada de una pasarela de moda y aplicada al diseño interior.
En un costado, una mesa ratona de madera maciza sostiene un gran ramo de flores, un clásico del backstage de las divas argentinas, que le da ese toque fresco y de bienvenida permanente. El conjunto crea una atmósfera equilibrada donde conviven el lujo y lo íntimo, lo profesional y lo hogareño.