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Economía > Comunicado

Dura crítica de viñateros sanjuaninos a la desregulación del vino argentino

La Asociación de Viñateros Independientes de San Juan manifestó su fuerte oposición a la nueva normativa nacional que elimina controles históricos del sector.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
El sector vitivinícola atraviesa un escenario complejo. Foto: Gentileza

La Asociación de Viñateros Independientes de San Juan expresó su profunda preocupación y un rechazo contundente a la nueva normativa de desregulación del sector vitivinícola dispuesta por el Gobierno nacional. Según afirmaron, los cambios introducidos generan un escenario de “serio riesgo” para la calidad, la trazabilidad y la sustentabilidad económica de toda la cadena productiva.

El comunicado señala que las medidas anunciadas —entre ellas la eliminación de la liberación con fecha, del grado alcohólico zonal, del CIU, del control varietal, de los inventarios generales, del control de vino tinto sobre uva tinta, de los partes de cosecha y del control sobre los procesos de elaboración— dejan al sector en una situación inédita de desprotección.

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Sin estos resguardos básicos, advierten, se pierde la garantía histórica de calidad que distingue al vino argentino y se abre la puerta a prácticas que los propios productores describen con ironía: “ahora se podrá hacer vino hasta con uva”, en referencia a la posibilidad de fabricar sin estándares mínimos verificables, algo impensado en una industria que construyó su prestigio en base a controles rigurosos.

La entidad también alertó por el impacto económico que tendrá la decisión de autorizar la liberación de vinos nuevos incluso antes de que finalice la cosecha. La medida se da en un contexto de fuerte sobreoferta: con vinos viejos disponibles para diez meses de despacho y un remanente de mosto que ronda entre 30.000 y 40.000 toneladas. Este escenario, advirtieron, empuja los precios a la baja y profundiza la crisis del productor.

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En medio de esta realidad, los viñateros plantean una pregunta que, dicen, refleja el problema central: ¿cuánto puede valer la uva si ni siquiera existe un mercado real que la demande?

Actualmente, quienes intentan vender mosto o vino blanco escurrido reciben alrededor de 270 pesos por litro, pagaderos incluso en cuotas. Ese valor se traduce en apenas 135–140 pesos por kilo de uva, es decir, un 30% menos que hace dos años, pese a que la inflación superó ampliamente el 100% en ese período. “Esta ecuación es insostenible para cualquier productor”, recalcaron.

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En su mensaje final, la Asociación reafirmó su compromiso con la defensa del trabajo, la identidad productiva y la calidad del vino argentino. Pidieron la revisión urgente de la normativa y la apertura de un espacio de diálogo “real” que contemple la voz de los viñateros, quienes sostienen desde generaciones una de las economías regionales más emblemáticas del país.

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