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En época de exámenes, aumentan las amenazas de bomba en escuelas y edificios públicos
El jefe de la División de Explosivos, Rubén Castro, explicó que durante los períodos de exámenes finales se multiplican las llamadas por amenazas de bomba.
Cada fin de año, mientras los estudiantes se preparan para rendir los exámenes finales, la División de Explosivos de la Policía de San Juan se enfrenta a un aumento de trabajo inusual. Las amenazas de bomba, muchas de ellas falsas, se repiten con frecuencia en escuelas y edificios públicos. Aunque la mayoría no representan un riesgo real, cada llamada obliga a desplegar un operativo completo que involucra a distintas fuerzas de seguridad.
El jefe de la División de Explosivos, Rubén Castro, explicó a DIARIO HUARPE que existe una clara relación entre estas alertas y los períodos académicos. “Depende de la época del año. Sobre todo, existe un mayor registro en los tiempos de exámenes finales en las escuelas secundarias, y también en distintas ocasiones en edificios públicos y privados”, señaló el funcionario, quien precisó que este comportamiento se repite año tras año.
Castro remarcó que, si bien la mayoría de las denuncias resultan ser falsas alarmas, cada una implica un trabajo minucioso. “En lo que va del año 2025, de enero a octubre, llevamos 35 llamadas por amenazas de bomba, todas con resultados negativos. En años anteriores no superábamos las seis llamadas anuales”, detalló. Según el jefe policial, más allá de la veracidad de los casos, el protocolo exige actuar con la misma seriedad y precaución ante cualquier reporte.
Detrás de cada operativo hay un gran despliegue logístico y económico. “Cada intervención implica un gasto elevado, que incluye el traslado de personal policial jurisdiccional, unidades Autobombo, vehículos especializados y el material propio de la División de Explosivos. En cuanto al monto, queda a criterio del Estado, ya que los equipos y materiales involucrados tienen un costo millonario”, explicó Castro, quien destacó la complejidad de coordinar estos procedimientos.
El protocolo se activa de manera inmediata tras la denuncia. “A través de la unidad fiscal genérica que interviene y el Centro Integral de Seguridad y Emergencia, junto con el monitoreo 911, se involucra a las distintas dependencias policiales y judiciales de turno. Participan también la Dirección de Tránsito, el Comando Radioeléctrico, la comisaría jurisdiccional y el servicio de ambulancias, entre otros”, detalló.
Aunque la mayoría de las alertas son falsas, la División de Explosivos también se enfrenta a hallazgos reales. “Con mayor frecuencia se encuentran explosivos reglamentarios de uso industrial o minero, o bien del tipo militar”, precisó el jefe policial. En esos casos, la respuesta requiere máxima cautela. “Si se detecta un artefacto, se toman las medidas de seguridad necesarias y se lo destruye en el lugar o se traslada a un sitio seguro. Luego se solicita al juzgado interviniente la autorización para su destrucción definitiva, y siempre se realizan las pericias correspondientes”, agregó.
El trabajo de la división no se limita a la respuesta inmediata, sino que se apoya en la capacitación constante del personal. “Existe una mejora continua basada en una formación permanente, tanto en la provincia como a nivel nacional e internacional. Esto nos permite actualizar los conocimientos de acuerdo con las ideologías y tecnologías modernas. A futuro, buscamos incorporar equipamiento nuevo y canes detectores de sustancias explosivas”, adelantó Castro.