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Cómo preparar insecticidas y fertilizantes caseros con consejos de un ingeniero agrónomo
Gabriel del Huerto explica cómo elaborar productos naturales y económicos para cuidar plantas y controlar plagas usando ingredientes simples del hogar.
POR REDACCIÓN
El ingeniero industrial Gabriel del Huerto compartió una charla práctica donde detalló cómo preparar insecticidas y fertilizantes caseros utilizando ingredientes accesibles y económicos que se encuentran en el hogar. Estas soluciones naturales permiten proteger las plantas de plagas y nutrirlas de manera efectiva.
Para combatir insectos chupadores como pulgones, cochinilla algodonosa y trips, Del Huerto recomendó preparar un insecticida con jabón blanco de barra. Se debe diluir una cucharada de jabón en un litro de agua hasta formar una pasta, y luego pulverizar las plantas afectadas cada cinco días. “El jabón disuelve esa quitina y por eso lo mata”, explicó, refiriéndose a la sustancia grasa que compone el exoesqueleto de estos insectos.
Para potenciar el efecto repelente, se puede añadir ajo a la mezcla. La receta consiste en licuar cinco dientes de ajo en medio litro de agua, dejar reposar la preparación entre doce y veinticuatro horas, colarla y sumar el líquido a la solución jabonosa. Este compuesto ayuda a alejar insectos como chinches, saltamontes y bicho moro sin dañar las plantas ni otros animales, aunque puede resultar molesto para gatos en el área de aplicación.
Otra variante incluye ají picante o pimienta de cayena, que aporta capsaicina, la sustancia responsable del picor. Se recomienda usar cinco ajíes frescos muy picantes o dos cucharadas de ají molido deshidratado en medio litro de agua, que luego se agrega a la mezcla de jabón y ajo. Según el especialista, “cuando el insecto come, no le gusta y se va a comer a otro lado”, siendo especialmente útil para controlar orugas y otros insectos cortadores. La aplicación debe repetirse cada cinco días y renovarse después de lluvias para mantener su efectividad.
En cuanto a la nutrición de las plantas, Del Huerto destacó tres nutrientes esenciales: nitrógeno, fósforo y potasio. Para aportar nitrógeno, sugirió macerar hojas verdes como césped o restos de poda en un balde con veinte litros de agua durante cuarenta y ocho horas. El líquido colado se utiliza para regar cada quince días, facilitando un aporte significativo de este nutriente. También recomendó disolver compost en agua para regar macetas con espacio limitado.
El fósforo puede conseguirse a partir de huesos calcinados, como los de asado, que se queman hasta adquirir color blanco y luego se muelen en polvo fino. “Con cuatro cucharadas de esto ya tiene fósforo para toda la temporada”, aseguró Del Huerto, indicando que este polvo debe incorporarse directamente a la tierra, preferentemente al plantar.
Para el potasio, la opción casera consiste en deshidratar cáscaras de frutas o verduras como banana, papa, berenjena o zanahoria, ya sea en horno durante una hora o al sol durante dos semanas, para luego molerlas. Este polvo puede conservarse hasta dos años y aplicarse en la tierra o disolverse en agua para regar. El experto explicó que “las cáscaras concentran un montón de potasio, que queda ahí en el tejido y cuando vos lo deshidratás, se va el agua y queda el potasio ahí libre”.
Estas alternativas naturales ofrecen una manera práctica y sustentable de cuidar el jardín o la huerta, aprovechando recursos simples y evitando productos industriales. Así, se logra un control efectivo de plagas y un aporte equilibrado de nutrientes para un crecimiento saludable de las plantas.