Publicidad
Publicidad

Salud y Bienestar > Estudio

Por qué necesito tener todo ordenado: causas emocionales y señales de alerta

La búsqueda constante de orden no siempre es un simple rasgo de personalidad: especialistas explican que puede funcionar como un regulador emocional frente a la ansiedad, la autoexigencia o situaciones de vida caóticas.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Por qué algunas personas necesitan tener todo siempre ordenado. (Foto ilustrativa)

La necesidad de que “todo esté en su lugar” es más frecuente de lo que se cree y, aunque muchas personas la viven como un hábito positivo, la psicología actual señala que puede estar vinculada a mecanismos profundos de regulación emocional. Especialistas coinciden en que ordenar es, para muchos, una estrategia inmediata para manejar la ansiedad, recuperar sensación de control y reducir la sobreestimulación del entorno.

La psicóloga clínica Susan David, autora del libro Emotional Agility, explica que quienes atraviesan momentos de incertidumbre suelen recurrir al control externo (como ordenar o limpiar) para obtener una sensación de estabilidad. En la misma línea, el psicólogo Gregory Jantz, especialista en trastornos de ansiedad, sostiene que organizar el espacio “convierte el caos en algo manejable” y ofrece un alivio emocional rápido, aunque temporal.

Publicidad

Otra dimensión clave es la autoexigencia. La psicoterapeuta Sharon Martin, referente en estudios sobre perfeccionismo, advierte que la necesidad extrema de orden puede aparecer en personas con estándares muy altos, que sienten la presión de no equivocarse o de cumplir siempre con expectativas externas. En estos casos, el orden no solo es funcional: se vuelve una forma de validación personal.

También influyen las experiencias tempranas. Haber crecido en entornos caóticos o impredecibles puede llevar a que, en la adultez, el orden represente seguridad. No se trata solo del espacio físico, sino de lo que simboliza: previsibilidad, control y calma emocional. Estudios de la Universidad de Connecticut respaldan esta idea, al demostrar que las personas tienden a ordenar más cuando perciben falta de control en otros ámbitos de su vida.

Publicidad

Entre los factores psicológicos asociados se encuentran la sensibilidad al caos o la sobrecarga sensorial. Personas con ansiedad, alta sensibilidad o TDAH pueden experimentar el desorden como algo abrumador, lo que convierte el orden en un requisito para concentrarse y funcionar con claridad mental.

Desde la psicología clínica se aclara que esta necesidad no implica necesariamente un trastorno. En muchos casos, es una forma válida de procesar el entorno y equilibrar la energía emocional. El problema aparece cuando el orden deja de ser un recurso y se transforma en una imposición interna: si genera malestar, culpa o frustración, puede ser señal de que el comportamiento ya no es saludable.

Publicidad

Para muchas personas, mantener el espacio organizado es una vía para sentirse seguras, reducir tensiones y encontrar estabilidad en la rutina diaria. Comprender el origen emocional del orden permite distinguir cuándo es un aliado y cuándo se vuelve una exigencia que limita el bienestar.

Publicidad
Publicidad
Más Leídas
Publicidad
Publicidad

ÚLTIMAS NOTICIAS