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Solidaridad y cercanía: el mensaje del obispo auziliar a las familias sanjuaninas
El obispo auxiliar de San Juan habló del impacto social de la crisis, pidió cercanía con la gente y llamó a no soltarle la mano a quienes más sufren.
POR REDACCIÓN
El cierre de 2025 encuentra a muchas familias sanjuaninas haciendo cuentas, ajustando gastos y tratando de llegar a fin de mes. Esa realidad, que se repite en barrios y hogares de toda la provincia, fue el eje del balance social que realizó el obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, Gustavo Larrazábal, durante su participación en el programa San Juan en Noticias, por Radio Mitre 95.1.
Con un tono sereno y cercano, Larrazábal definió al año que termina como “muy difícil” y habló de un país que intenta reordenarse económicamente, aunque ese proceso todavía no se refleja con claridad en la vida cotidiana de los sectores más golpeados. “Una cosa es mirar números y otra es entrar a las casas de la gente humilde”, señaló, al describir lo que observa a diario en su contacto con la comunidad.
Según explicó, hay muchas familias que viven con lo justo y sienten que el dinero no alcanza, más allá de cualquier indicador general. Esa situación, sostuvo, se percibe con fuerza en los barrios, en los pedidos de ayuda y en los espacios comunitarios que funcionan como red de contención. Para el obispo, desconocer esa realidad sería negar lo que atraviesan miles de personas en San Juan.
En ese contexto, destacó el trabajo que se realiza desde Cáritas en la provincia. A través de las parroquias y de la Cáritas diocesana, se sostienen comedores, merenderos, guarderías y distintas acciones solidarias. Sin embargo, reconoció que la demanda social creció durante el año y que, en muchos casos, supera las posibilidades de respuesta. “Se acompaña dentro de lo que se puede, pero siempre hay más necesidad”, expresó.
Larrazábal también se refirió al impacto de las decisiones que se toman a nivel nacional y cómo esas definiciones terminan repercutiendo en las provincias. Explicó que lo que ocurre en la economía y en la política del país se siente con fuerza en San Juan, especialmente en los sectores más vulnerables, y remarcó la importancia de no perder de vista a quienes quedan en una situación más frágil.
Al proyectar el inicio de 2026, el obispo anticipó un escenario complejo, con desafíos económicos e institucionales que aún no están resueltos. Frente a ese panorama, llamó a fortalecer el diálogo y a construir acuerdos básicos entre los distintos sectores. “Tenemos que aprender a escucharnos más y aceptar que el que piensa distinto no es un enemigo”, reflexionó.
El mensaje final estuvo cargado de cercanía y esperanza. En el cierre de su participación en San Juan en Noticias, Larrazábal invitó a no bajar los brazos y a transitar el nuevo año acompañándose unos a otros. “Si caminamos juntos, codo a codo, nos va a ir mucho mejor”, aseguró.
En tiempos difíciles, el llamado fue simple y directo: estar cerca de la gente, no olvidar a los más vulnerables y sostener la solidaridad como un valor central para atravesar lo que viene como comunidad.