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Economía > Finanzas

Tres escenarios para el dólar en Argentina tras las elecciones

Los bancos estadounidenses advierten sobre la sostenibilidad del esquema cambiario actual y proyectan posibles trayectorias del peso argentino tras los comicios del 26 de octubre.

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
En el escenario más favorable, un “buen resultado electoral” ayudaría a contener la fuga de dólares. Foto: Gentileza

El banco estadounidense Wells Fargo expresó su incertidumbre sobre la continuidad del esquema cambiario vigente en Argentina y advirtió sobre posibles errores en la política económica tras las elecciones de medio término del 26 de octubre de 2025.

Ante la creciente demanda de divisas que tensiona el mercado cambiario, Estados Unidos y el Banco Central argentino ratificaron un acuerdo de swap por US$20.000 millones para intentar estabilizar el valor del peso frente al dólar.

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La dependencia que lidera Scott Bessent intervino en el segmento de contado inyectando entre 400 y 500 millones de dólares a través de Citi y JP Morgan, comprando pesos para sostener el tipo de cambio. Además, entidades como JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citi podrían aportar conjuntamente otros US$20.000 millones en préstamos.

Wells Fargo señaló: “Esperamos un mayor grado de depreciación del peso en adelante respecto de nuestras proyecciones anteriores. El respaldo del Tesoro de Estados Unidos puede otorgar algunos días de estabilidad —o incluso de fortaleza— al peso argentino, pero no creemos que dicho apoyo sea una política cambiaria sostenible en Argentina”.

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El banco estadounidense agregó que, aunque el acceso a la línea de swap estará disponible, “defender una moneda sobrevaluada después de las elecciones parece una política cambiaria inadecuada”. Prevén que el peso sea dejado flotar libremente, con intervenciones cambiarias esporádicas por parte de Estados Unidos, y estiman que para fines de 2026 el peso podría registrar la mayor depreciación global, en torno al 29,2%.

Por su parte, Morgan Stanley elaboró tres escenarios posibles para el comportamiento económico y cambiario después de los comicios, basándose en la expectativa de que la principal fuerza opositora, Fuerza Patria (FP), obtenga cerca del 35% de los votos a nivel nacional, y que el apoyo a La Libertad Avanza (LLA) fluctúe entre menos del 30% y hasta un 40%.

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En el escenario más favorable, un “buen resultado electoral” ayudaría a contener la fuga de dólares y promovería un ajuste ordenado con un dólar oficial alrededor de 1.700 pesos. Esto permitiría un equilibrio en la cuenta corriente, asumiendo condiciones climáticas normales y cosechas agrícolas promedio, y facilitaría la acumulación de reservas por parte del Banco Central, con apoyo del FMI y la recuperación del acceso al mercado internacional hacia junio de 2026.

Este escenario contempla la posibilidad de avanzar hacia un régimen cambiario completamente flotante y una agenda de reformas laborales, fiscales y previsionales, aunque con cierta resistencia política que podría limitar la implementación completa de dichos cambios.

En un segundo escenario, la incertidumbre política sería mayor, con una estabilización del tipo de cambio entre 1.800 y 2.000 pesos. Esto permitiría un pequeño superávit en la cuenta corriente, pero con ingresos financieros limitados incluso con el respaldo de Estados Unidos. La inversión extranjera directa se mantendría por debajo de su potencial debido a dudas sobre las elecciones de 2027 y la sostenibilidad de las políticas económicas.

Se espera que la inflación se desacelere más lentamente hacia niveles de un dígito y que las tasas de interés se mantengan elevadas, con un impacto moderado en los precios debido al contexto económico recesivo.

El escenario más negativo prevé un ajuste desordenado con una depreciación del peso superior a la necesaria para compensar la débil posición política del gobierno. En este contexto, el tipo de cambio podría superar los 2.000 pesos, la agenda de reformas quedaría paralizada y la inflación y tasas de interés se mantendrían elevadas, afectando negativamente la actividad económica.

La inversión extranjera directa estaría limitada y concentrada en sectores como petróleo, gas y minería, con escasos efectos positivos en el resto de la economía.

En síntesis, tanto Wells Fargo como Morgan Stanley coinciden en que el apoyo financiero de Estados Unidos puede ofrecer estabilidad temporal, pero que la sostenibilidad del peso y la economía argentina dependerá de las decisiones políticas y económicas posteriores a las elecciones del 26 de octubre.

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