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Cómo enseñar a tus hijos a invertir: desde apps hasta criptomonedas
Educar a los niños sobre inversión financiera les permite comprender el crecimiento del dinero y gestionar riesgos, usando desde objetos cotidianos hasta plataformas digitales y criptomonedas.
POR REDACCIÓN
Enseñar a los niños el valor y la dinámica de la inversión puede ser fundamental para su futuro económico. Más allá de simplemente destinar dinero a un activo, se trata de entender cómo ese capital puede crecer y cómo manejar los riesgos asociados.
Una forma sencilla de introducir este concepto es a través de ejemplos cotidianos, como la compra de una tarjeta de béisbol de un jugador prometedor, cuyo valor puede aumentar conforme el deportista logre éxito. Venderla en el momento adecuado puede generar ganancias, ilustrando así la esencia de invertir: adquirir algo con la expectativa de que su valor suba.
En el mundo financiero, los instrumentos más comunes para invertir son las acciones y los bonos. Las acciones representan una parte de propiedad en una empresa, lo que permite beneficiarse de sus ganancias o del aumento en el valor de la compañía. Por ejemplo, tal como indica la guía del banco Brown Brothers Harriman, “Piensa en algo que usas diariamente. Por ejemplo, la pasta de dientes podría ser de Colgate-Palmolive, una empresa que cotiza en bolsa y de la que puedes comprar acciones.”
El valor de las acciones depende directamente del desempeño de la empresa. Si la compañía presenta resultados positivos o lanza productos exitosos, el precio de sus acciones suele subir. Por el contrario, una mala gestión o problemas pueden hacer que el valor baje, lo que implica que el inversor podría perder dinero. Esto refleja la volatilidad y el riesgo inherentes al mercado de valores.
Por su parte, los bonos funcionan como préstamos que los inversores hacen a empresas o gobiernos, quienes se comprometen a devolver ese dinero con intereses en una fecha determinada. Comprar un bono de una empresa como Colgate-Palmolive implica prestarle dinero a la compañía, que devolverá el capital junto con pagos periódicos. En general, los bonos ofrecen menor riesgo y rentabilidades más estables, aunque su seguridad depende de la solvencia del emisor.
Actualmente, invertir es más accesible gracias a aplicaciones móviles con interfaces amigables y recursos educativos adaptados para todas las edades. Muchas de estas plataformas incluyen simuladores y permiten abrir cuentas para menores bajo supervisión familiar, facilitando un aprendizaje seguro sobre conceptos clave como riesgo, rentabilidad y toma de decisiones.
Es fundamental que desde el inicio se comunique a los niños que la inversión implica riesgos: el valor de acciones y bonos puede bajar, y no existen garantías de ganancias. Por eso, deben aprender a analizar la información y a no dejarse llevar por promesas de rendimientos elevados sin fundamento.
Otra idea clave es la importancia de comenzar a invertir temprano. El interés compuesto genera ganancias sobre las ganancias previas, lo que puede hacer crecer el capital de forma exponencial con el tiempo. Según la guía, “Un centavo duplicado cada día durante un mes puede crecer de manera exponencial, pasando de $5,12 al décimo día a $5.368.709,12 al día treinta.” Este ejemplo muestra cómo cada año extra de inversión puede marcar una gran diferencia en la acumulación de patrimonio.
Finalmente, las criptomonedas se presentan como una opción de inversión que atrae especialmente a los jóvenes. Aunque pueden ofrecer altos retornos, también conllevan una alta volatilidad y riesgos significativos. Por ello, es esencial que los niños aprendan a manejar estos activos con responsabilidad, realizando análisis cuidadosos y evitando invertir dinero que necesiten a corto plazo.