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El Alto se niega a aceptar "la vuelta a la normalidad" que anuncian Añez y Camacho
POR REDACCIÓN
13 de noviembre de 2019
La ciudad de Santa Cruz de la Sierra, bastión del líder cívico Fernando Luis Camacho, amaneció hoy con el fin del llamado paro cívico y una vuelta gradual a la cotidianeidad, mientras en La Paz, Jeanine Áñez, la senadora designada como presidenta interina en una sesión del parlamento sin quórum, intentó hacer lo mismo. Sin embargo, desde El Alto, una multitud se negó a aceptar su "vuelta a la normalidad". Desde temprano, en La Ceja, el corazón de El Alto atravesado por la autopista que comunica esa ciudad con la vecina La Paz, miles de docentes de las seccionales del magisterio rural del departamento y miembros de las juntas vecinales empezaron a concentrar para marchar juntos, otra vez, hasta el centro de la capital boliviana. Embanderados por la whipala, el símbolo que representa a 36 etnias de los pueblos indígenas y que fue atacado -incendiada, cortada, arrastrada- por sectores acomodados, salieron nuevamente a las calles y bajaron hasta La Paz para evitar que "el país otra vez sea gobernado por el racismo". "Acá no somos evistas ni masistas. Hay gente que votó por Evo, otros no. Eso no es lo importante. Acá lo importante es que nos han discriminado mucho en el pasado, a los que ganamos el pan día a día, y no queremos tener otro gobierno racista", le dijo a Télam Celia Artiaga, una ama de casa de 52 años de El Alto, que, contó, no suele salir a marchar. Ni bien escuchan que Artiaga está denunciando lo que pasó en los últimos días y su rechazo a Áñez, decenas de manifestantes se acercan y comienzan a gritar sus verdades todos a la vez. "¿Creen que nos van dar trabajo este nuevo gobierno de ricos? ¿Creen que nos van a dejar estudiar carreras profesionales?", son algunas de las preguntas que, a los gritos, lanzan los manifestantes. Artiaga, pide calma y recupera la voz cantante: "Nadie nos escucha, nadie nos muestra. Ayer hubo 8 muertos, dos acá en El Alto, y los medios lo único que muestran son los festejos en Santa Cruz. Nos gasearon, nos dispararon, nos acusan de saquear nuestros propios hospitales, nuestras propias escuelas, de autorrobarnos. No tiene sentido, pero lo dicen igual", aseguró. Anoche, el fiscal general Juan Lanchipa informó que ayer fallecieron cinco personas pero no las identificó. Según Artiaga y el resto de los manifestantes, una niña murió en El Alto de un disparo de la policía. A su lado, Demi Esvilmasota, una campesina de 40 años con una pollera rosa tradicional y arropada por una whipala, pide respetuosamente la palabra para hablar. "Estamos acá por la discriminación contra las mujeres con pollera. Ayer cuando bajamos me gritaron 'india', 'cochina' y me dijeron que me vaya al campo. ¡Pero ellos viven también de la riqueza que da el campo y nuestro trabajo en el campo!", contó a Télam. "Bueno, lo lamento -agregó-, las hermanas cochinas no nos quedaremos calladas y hoy nos levantamos para decir que no aceptaremos más discriminación, especialmente del gobierno". Una de las columnas principales de la marcha la aportaron los maestros rurales. Un grupo interminable bajaba por una de las calles en zigzag que unen El Alto con La Paz, con una energía que por momentos parecía transmitir esperanza. Con cada paso inventaban un grito o una consigna. "Mesa, cabrón, el pueblo está emputado", era uno de los gritos que le dedicaron al ex candidato presidencial opositor que perdió las elecciones de octubre contra el mandatario derrocado y exiliado en México, Evo Morales, y ahora apoya a Áñez y su promesa de nuevos comicios. Mientras el pedido de no discriminación y de reconocimiento de la identidad indígena era unánime, las posiciones políticas diferían un poco. Algunos exigían la renuncia inmediata de áñez, otros la vuelta de Morales y otros aclaraban que si ayer el congreso hubiese designado a una persona sin identidad partidaria en una sesión con quórum, El Alto no se hubiese levantado. El secretario ejecutivo por La Paz de la federación de maestros rurales, Andres Huayta Alvarez, es de los que no pide la renuncia de áñez, pero tampoco reconoce su legitimidad. "De todas estas maneras este gobierno es transitorio. El 22 de enero de 2020 vence el mandato de Evo y ahí debe asumir el nuevo gobierno. Lo que sí pedimos ahora es respeto por la institucionalidad y no discriminar a los pueblos indígenas. Si lo hacen, seguiremos en las calles", explicó a Télam. Huayta Alvarez contó que después de la marcha de hoy se reunirá con miembros de los movimientos populares y de la Central Obrera Boliviana (COB) para discutir la necesidad de que surja un nuevo líder que una al oriente con el occidente del país. "Necesitamos un liderazgo que nos represente a todos más que nunca", aseguró.
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