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Salud y Bienestar > Neurociencia visual

Un estudio revela cómo el cerebro simula el dolor ajeno al ver películas

Investigadores de la University of Reading demostraron que el cerebro activa áreas táctiles al observar escenas dolorosas en pantalla, generando una experiencia sensorial simulada que podría impactar en diagnósticos clínicos.

POR REDACCIÓN

Hace 1 hora
Este enfoque innovador abre nuevas vías para la investigación y el diagnóstico en neurociencia. Foto: Gentileza

Un equipo internacional liderado por la University of Reading reveló que al observar escenas de dolor o contacto físico en películas, el cerebro humano activa regiones asociadas al tacto, como si la persona experimentara esas sensaciones en su propio cuerpo.

Este hallazgo, publicado en la revista Nature, explica cómo el sistema visual está conectado con un “mapa” corporal que permite que las imágenes que vemos se traduzcan en ecos táctiles internos. Así, el cerebro no solo procesa la información visual, sino que recrea sensaciones relacionadas con lo observado.

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El Dr. Nicholas Hedger, principal autor del estudio, detalló: “Cuando ves a alguien siendo cosquilleado o lastimado, las áreas del cerebro que procesan el tacto se activan en patrones que coinciden con la parte del cuerpo involucrada. Tu cerebro mapea lo que ves sobre tu propio cuerpo, ‘simulando’ una sensación táctil, aunque no haya ocurrido nada físico contigo”.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó la actividad cerebral de 174 personas mientras veían películas como “The Social Network” e “Inception”. Se observó que las regiones visuales del cerebro contienen mapas corporales similares a los del tacto, evidenciando una integración entre ambos sentidos.

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El estudio identificó dos mecanismos en estas áreas visuales: en las regiones dorsales, los mapas corporales se alinean con la ubicación en el campo visual (por ejemplo, las áreas vinculadas a los pies se corresponden con la parte inferior de la escena), mientras que en las regiones ventrales se reflejan las partes del cuerpo observadas sin considerar su posición.

Según Hedger, esta interacción multisensorial también funciona en sentido inverso: “Cuando te desplazas al baño en la oscuridad, las sensaciones táctiles ayudan a tu sistema visual a crear un mapa interno de dónde están las cosas, incluso con una entrada visual mínima”. Esta cooperación entre sentidos ayuda a generar una percepción coherente del entorno.

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Más allá del avance neurocientífico, el estudio tiene implicaciones clínicas relevantes. El Dr. Hedger señaló que este descubrimiento podría transformar la comprensión de condiciones como el autismo, dado que la simulación interna de experiencias ajenas podría funcionar distinto en personas con este trastorno.

Además, la posibilidad de medir la sensibilidad sensorial observando la actividad cerebral durante la visualización de películas ofrece una herramienta menos invasiva y más accesible para la evaluación clínica, especialmente en niños o personas con condiciones neurosensoriales.

Este enfoque innovador abre nuevas vías para la investigación y el diagnóstico en neurociencia, facilitando el estudio de cómo el cerebro integra sentidos para construir la experiencia humana del dolor y el tacto a partir de estímulos visuales.

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