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Empresario compró el juego de té que usó Yiya Murano para envenenar

El juego de té usado en los crímenes de la “Envenenadora de Monserrat” fue adquirido por un empresario de Comodoro Rivadavia por 4 mil dólares.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Un empresario de Comodoro Rivadavia compró el juego de té con el que Yiya envenenó con cianuro a tres de sus amigas. (Foto gentileza)

En las últimas horas, la célebre asesina serial María Bernardina Bolla Aponte de Murano, conocida popularmente como Yiya Murano, volvió a ocupar titulares. Un empresario de Comodoro Rivadavia, José Perrucho, compró por 4.000 dólares el histórico juego de té con el que la mujer envenenó a tres de sus amigas a fines de la década del 70. La vajilla, que se había convertido en un objeto simbólico del caso, fue subastada y rápidamente adquirida por el coleccionista, quien en otras ocasiones compró piezas vinculadas a figuras mediáticas, entre ellas un Mercedes Benz que perteneció a Susana Giménez.

En un comienzo, lo recaudado iba a destinarse a un refugio de perros. Sin embargo, Martín Murano, hijo de Yiya, descubrió que la institución ya no existía y que donaciones anteriores hechas al mismo lugar habían desaparecido sin explicación. Ante esta situación, decidió redirigir los fondos hacia iniciativas de protección de especies autóctonas y organizaciones dedicadas al cuidado animal en la provincia de Chubut.

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El caso Murano sigue siendo uno de los episodios criminales más impactantes del país. La mujer fue condenada por los homicidios de Nilda Gamba, Leila Formizano de Ayala y Carmen Sulema de Georgio, quienes murieron tras consumir cianuro disimulado en pasteles y té durante encuentros sociales. Según la investigación, Murano llevaba adelante una estafa piramidal y recurrió al envenenamiento cuando las víctimas comenzaron a exigirle la devolución del dinero invertido.

Condenada a prisión perpetua en 1985, cumplió solo diez años efectiva y fue liberada por conmutación de pena en 1993. Tras salir de la cárcel, construyó una imagen mediática, participó en programas de televisión y sostuvo hasta el final que era inocente. Murió en 2014, pero su historia continúa generando interés, reflejado recientemente en la miniserie Yiya, producida por Flow.

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