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FMI: las tarifas suben 40% con segmentación para "los más ricos"

El acuerdo técnico con el FMI revela la necesidad de implementar otro aumento a mitad de año, para bajar los subsidios a la energía.

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

El cierre del acuerdo técnico con el Fondo Monetario Internacional (FMI), alcanzado en la madrugada del martes, refleja la necesidad del Gobierno de implementar un nuevo aumento de tarifas, que exceda el 20% anunciado en una primera instancia y aplicado desde ayer.

La segunda etapa se instrumentaría en junio y la suba de las boletas totalizará un 40% para la mitad de la población, según fuentes oficiales.

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En ese punto, el incremento debería estar dedicado exclusivamente a ajustar los precios mayoristas de la energía eléctrica y el gas para reducir los subsidios.

El presidente Alberto Fernández ratificó en el Congreso el plan de segmentación que prepararon los entes reguladores de la electricidad (ENRE) y el gas (Enargas) junto a técnicos del Conicet.

Qué dijo Alberto Fernández de las tarifas

"En Argentina se acabaron los tarifazos. Vamos a segmentar los subsidios para lograr niveles de tarifas razonables, con justicia y equidad distributiva para los servicios públicos de gas y electricidad. Por eso, en principio, apuntamos a que el 10 % de mayor capacidad económica deje de ser beneficiario de subsidios", dijo el jefe de Estado. El decil más alto de la población pagará la tarifa plena.

En tanto, para la clase media las subas de tarifas quedarían en un 40%, un porcentaje por debajo de la evolución de los salarios, que a la vez le ganarían a la inflación, según las estimaciones oficiales.

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Las boletas de la energía quedarán atadas a la evolución de los salarios, excepto para el 10% de mayor capacidad adquisitiva.

 

Durante su presentación ante la Asamblea Legislativa, el mandatario recordó el espíritu de la Ley de Emergencia Tarifaria 27.443, sancionada y vetada en 2018, por la que el peronismo buscó que "el aumento en las tarifas de energía eléctrica, gas natural y agua no exceda el Coeficiente de Variación Salarial (CVS)".

Al cabo, las tarifas, al ser precios regulados, se utilizarán como referencia para marcar el sendero nominal que el Gobierno quiere imprimir a la economía en 2022, en la carrera de precios y salarios y la puja distributiva.

Al crecer por debajo de los salarios, se seguirá diluyendo su peso dentro de la canasta de gastos de las familias, lo que -según una parte del oficialismo- apuntala el consumo y la actividad. El año pasado, la receta sirvió para impulsar el rebote pero no así para frenar la inflación.

Por el lado de las cuentas públicas, los subsidios no solo no bajarán, sino que crecerán en términos nominales, desde los casi 11.000 millones de dólares (al tipo de cambio oficial, pagados en pesos) que se destinaron en 2021.

Un trabajo de la consultora Equilibra señala que las tarifas deberían subir en línea con la inflación promedio (52%) para mantener estable el peso de las subvenciones en relación al Producto Interno Bruto (PIB).

No solamente la energía impacta en la macroeconomía. El boleto de colectivos solamente cubre el 13% de los costos en la Ciudad y el conurbano; el de tren, apenas 5%; y las tarifas de agua un 37%.

"Una suba del 20% en los boletos de colectivo y trenes implicaría un gasto en subsidios u$s 570 millones por encima del año pasado, por lo que treparía desde 0,67% del PBI al 0,72% en 2022", apuntó la consultora dirigida por Diego Bossio y Martín Rapetti.

"Para cubrir el 100% de los costos operativos, la tarifa de agua debería trepar 210%. Aun así, el Estado destinaría unos u$s 563 millones para mejoras y mantenimiento", concluyen.

POR SANTIAGO SPALTRO

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