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Cultura y Espectáculos

Poetas sanjuaninos para descubrir en el encierro: Carlos Guido Escudero

Un poeta del siglo pasado que sigue vigente.

20 de marzo de 2020

Carlos Guido Escudero es el primo de Jorge Leonidas  Escudero. Nació en 1921 y se quitó la vida el primero de enero de 1945.

Su obra parecía perdida, en 1960 se realizó su primera publicación en San Juan. Treinta años después se realizó una segunda edición.

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En 2012, la editorial (en ese momento cartonera) elandamio  hizo la última edición que circula en venta.

Luchándole al olvido, la poesía continúa en algunas bibliotecas y portales web.

Su poética es una radiografía del hombre moderno lleno de  dudas, roto por los cambios y angustiado por la automatización. Siempre vigente, la poética de Carlos se construye sobre estructuras clásicas y le habla al “hombre del mañana”, la pregunta es si lo honramos.

Solemne pero no por eso difícil de entender. Carlos es el poeta para descubrir siempre.

 

 ELEGÍA DEL HOMBRE ACTUAL

 

Absorto, entre poleas, está el hombre actual.

Tiene en los puños caídos una calandria muerta

y un lirio seco.

Con severidad de número camina y se mueve.

Parece eléctrico.

Al verlo, medito en el canto de Whitman

y en el alucinado Zarathustra.

Yo, que aún creo en la primavera y en el invierno.

Yo, que aún me paro a escuchar las calandrias,

y me asombro ante un pétalo.

(He aquí tu razón, oh, soledad.

He aquí por qué estoy llorando bajo un álamo seco,

como en el umbral del dolor

mientras cae la lluvia, lento).

Entre engranajes pasa el hombre actual,

como señor y esclavo de ellos.

Y pasa la mujer, gestando para la máquina

el trágico combustible de músculos y huesos.

(Corazón, no preguntes de aquella

que apoyó su cabeza en mi hombro

y lloró con mi verso.

Tal vez nos recuerda.

Tal vez haya muerto…)

Mañana, entre engranajes desdentados

y hierros retorcidos y grasientos,

vendrá un muchacho a traernos un mensaje

de calandrias al alba y de lirios abiertos.

Vendrá, debe venir

a suplir a este hombre muerto.

A encender el fuego definitivo

entre los engranajes, los músculos y los huesos,

y a explicarnos su doctrina

con lengua de calandrias y de lirios abiertos…

 

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