Todo parecía normal en el pueblo de Sampacho, en el Sur de Córdoba. El cura de esa comunidad tomó una drástica decisión al querer exorcizar a los vecinos por no asistir nunca a la misa mensual.
Para llevar adelante su cometido utilizó un camión hidrante. Al agua bendita le agregó sal gruesa para rosear a los vecinos de la zona.
Si bien el propio intendente, Jorge Devalle, se encargó de aclarar que esto se realiza desde "hace varios años" para bendecir al pueblo, fundamentalmente porque los habitantes "no van al templo. Desde la comunidad lo tomaron a mal y rechazaron rotundamente esa tarea pastoral.
No saben cómo salieron los demonios, obviamente tenía que ser grabado https://t.co/SHgSQdkZAa pic.twitter.com/3YWHfygnjb
— la sandra (@Micapalacios12) September 18, 2019
“Esto nos ha convertido en el hazme reír del Sur de Córdoba”, se quejaron algunos a través de las redes sociales