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El precio del cobre se acerca a máximos históricos ante temor por escasez global
El metal rojo alcanzó los 11.556,50 dólares por tonelada en Londres, impulsado por interrupciones en minas y expectativas de mayores aranceles en EE.UU., mientras la demanda por energías renovables y vehículos eléctricos sigue en alza.
POR REDACCIÓN
El precio del cobre volvió a acercarse a niveles máximos históricos en la Bolsa de Metales de Londres (LME), debido a crecientes preocupaciones sobre una posible escasez global de suministro que podría no satisfacer la demanda proyectada para los próximos años.
Al cierre de la jornada, los futuros a tres meses del metal rojo subieron un 0,6%, alcanzando 11.556,50 dólares por tonelada. Durante la semana del 8 al 12 de diciembre, el cobre llegó a tocar un récord de 11.771 dólares por tonelada, impulsado por señales positivas desde China, el mayor consumidor mundial.
Este repunte ocurre en un contexto donde la industria minera enfrenta interrupciones en minas clave y la creciente expectativa de que Estados Unidos aplique aranceles al cobre, factores que tensionan el suministro global. Según Bloomberg, estos elementos refuerzan la presión sobre la oferta del metal.
RBC Capital Markets señaló en un informe que el sector minero atraviesa retos estructurales para aumentar la producción. “Creemos que se necesita un período de precios más altos para estimular inversión en nueva producción de cobre, y la minería está teniendo dificultades para generar nuevo suministro”, afirmaron.
La firma también destacó que la creciente demanda vinculada a la expansión de centros de datos impulsados por inteligencia artificial, el mercado global de vehículos eléctricos y un entorno macroeconómico más estable, “construyen un fuerte caso a favor del cobre”.
No obstante, tras alcanzar su récord histórico hace pocos días, el precio del cobre retrocedió hasta un 1,3%, afectado por señales de desaceleración en la demanda china. Datos oficiales indicaron que los precios al productor en China cayeron durante 38 meses consecutivos, lo que genera incertidumbre sobre la dinámica futura del mercado.
Este retroceso también coincidió con la expectativa sobre la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos respecto a las tasas de interés, un factor que podría incidir en el desempeño económico de la principal economía mundial durante 2026.
En cuanto a los costos de producción, el cobre refinado, que alcanza una pureza del 99,99%, tiene un costo aproximado de 9 dólares por kilo (equivalente a 9.000 dólares la tonelada), con una intensidad de emisiones de 4 toneladas de CO2 por tonelada producida, basándose en una ley de mineral del 0,45%.
Sin embargo, los analistas advierten que para que nuevos proyectos mineros sean viables, las empresas necesitan obtener una tasa interna de retorno del 20% al 30%, muy por encima del 10% actual. Por lo tanto, el precio de incentivo para futuros desarrollos podría situarse entre 12 y 15 dólares por kilo.
Actualmente, entre el 70% y 80% del cobre primario proviene de minerales sulfurados que requieren procesos complejos como extracción, chancado, concentración, tostación, fundición y refinación electroquímica, cada etapa incrementando costos y emisiones. Una caída del 0,1% en la ley del mineral puede aumentar el costo marginal y la huella de carbono en un 10%.
El mercado también enfrenta problemas operativos, elevados costos de capital y un escenario global donde el 70% de los nuevos proyectos están en países emergentes, muchos aún en fase previa a la inversión final (pre-FID).
Además, un precio del carbono de 100 dólares por tonelada podría añadir otro 5% a los costos marginales, presionando los precios hacia niveles aún mayores. Algunos modelos proyectan que el cobre podría alcanzar los 15.000 dólares por tonelada en escenarios de fuerte transición energética.
Ante la dificultad de descarbonizar la producción primaria debido a la complejidad de los procesos, los expertos sugieren que aumentar el reciclaje es la vía más eficiente. Para la producción primaria, el uso de electricidad limpia en etapas como trituración, flotación y electrodeposición podría reducir las emisiones hasta en 2 toneladas de CO2 por tonelada de cobre.