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Provinciales > Datos alarmantes

El caudal del río San Juan pasó de 1248 km³ a 700 km³ en un año

La caída de más del 43% en el caudal del río San Juan enciende alertas y acelera definiciones de cara la crisis hídrica.

Hace 2 horas
Mediciones críticas exponen el frágil equilibrio hídrico en San Juan.

El derrumbe del caudal del río San Juan —que pasó de 1248 hm³ en 2024 a un escenario de 700 hm³ proyectados para 2025, una disminución de más del 43%— reconfiguró por completo los llamados “matafuegos hídricos”, mecanismos esenciales para anticipar emergencias y ordenar la distribución del recurso. Esta caída, brusca y fuera de lo previsto, obligó a revisar estrategias y a poner en primer plano la estabilidad del sistema.

Consultado sobre estos valores, David Devia, secretario de Recursos Hídricos, advirtió que es necesario contextualizar el comportamiento actual del río para comprender la magnitud del problema. “Primero habría que posicionarnos en el contexto. Lo que nosotros venimos observando ahora se orienta a que se va a cumplir ya no el valor de media, que anunciamos en 950 hm³, sino el valor de mínima, que es 700”, señaló. El político explicó que el pronóstico anual contempla tres posibilidades —máxima, media y mínima—, pero el curso del río se inclinó rápidamente hacia la peor de todas.

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El funcionario remarcó que el escenario actual no solo es inferior a lo previsto, sino que profundiza una tendencia que ya venía observándose. “Estamos muy por debajo del valor promedio histórico”, dijo en radio Light, al recordar que los registros de la provincia y de la Universidad Nacional de San Juan ya marcaban un descenso sostenido. Asoció ese retroceso al cambio climático y al impacto progresivo sobre las fuentes de agua.

Para enfrentar esta situación, Devia insistió en que la gestión debe ganar organización y precisión. “La crisis hídrica tiene dos componentes: la oferta natural y la capacidad de gestión. Tenemos que desarrollar resiliencia”, afirmó. Señaló que una misión reciente a la región de Coquimbo, en Chile, mostró cómo la eficiencia puede sostener sistemas con menos disponibilidad que la de San Juan. “El sector agradece la buena voluntad para acompañar medidas que permitan ser más eficientes en la distribución y en la aplicación parcelaria”, expresó.

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Respecto de los trabajos en marcha, explicó que ya se ejecutan obras clave en la distribución matriz. “Comenzamos hace tiempo con dos obras centrales: el dique Ignacio de la Roza y el Partidor San Emiliano. Atacar el corazón del sistema para una correcta distribución, no solo para producción sino también para consumo humano, es destacable”, detalló. Añadió que la mejora en los datos permite planificar con mayor exactitud y evitar desfasajes, recordando que el pronóstico del año pasado —1250 hm³— se cumplió casi de manera exacta.

En cuanto a la distribución parcelaria, aclaró que se mantendrá el sistema, aunque con ajustes. “Lo que sí puede haber son algunos pequeños ajustes, pero la estrategia se basa en los turnados de canales. Tengo que tener altura en la columna de agua para que el regante de cola reciba el agua. Si mando una columna de agua muy baja, él es el perjudicado”, explicó.

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Sobre la inminente Ley de emergencia hídrica, Devia indicó que su finalidad es agilizar procesos. “Lo que se apunta es a que el sistema burocrático no dilate decisiones. A veces hacen falta obras y resultados que no pueden esperar”, dijo, al remarcar que la norma busca adecuar los tiempos administrativos a la urgencia real.

Como dato adicional, Silvio Pastore, coordinador del Gabinete de Estudios de Geocriología, Glaciología, Nivología y Cambio Climático de la UNSJ, advirtió que la crisis hídrica en San Juan será aún más severa en 2026.

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