El día en el que la carpa del ejército se transformó en un centro de salud

En pocos minutos, los soldados del RIM22 levantaron la enorme carpa verde. Al costado dejaron el camión que todavía tenía paquetes con ropa y alimentos donados. Emilce Poblete, la pediatra, armó el ecógrafo y acomodó la camilla; mientras Miguel Garcés, el odontólogo, empezó a ubicar sus instrumentos para comenzar la atención. A esta altura, en la puerta de la carpa, espontáneamente, la gente empezó a hacer cola para ser atendida. Es que el hecho de que un grupo de médicos especialistas en distintas áreas de salud, llegue a al corazón de las Lagunas, no se ve todos los días. 

El equipo de odontólogos estuvo conformado por Carolina Zorrilla, Lourdes Pintos, Andrea Almazán, Marcia Cano (asistente dental) con la coordinación de Miguel Garcés. La enfermera Ingrid Banega a disposición de todos. Emilse Poblete, la pediatra y ecógrafa y Bibiana Maggio la fonoaudióloga.

“Pato”, dijo emocionado Juan Andrés, mientras escuchaba atento por los auriculares y la fonoaudióloga festejaba la respuesta. 

Este fue uno de los tantos niños laguneros que, por primera vez, tuvo la oportunidad de realizarse una audiomentría. 

Según contó Garcés, durante toda la jornada los odontólogos atendieron a más de 30 niños y 40 adultos. Emilse Poblete atendió a más de 40 niños y Bibiana Maggio un número similar . 

En las charlas odontológicas, chicos y grandes aprendieron desde cómo cepillarse los dientes, hasta cuáles son los alimentos adecuados para dañar lo menos posible a los dientes. Las especialistas dieron recomendaciones y las mamás preguntaron.

"Esta clase de operativos son muy importantes, porque para ellos es la única oportunidad que tienen de que alguien los atienda y les de un diagnóstico médico”, dijo Garcés.

Para los laguneros huarpes el acceso a la salud esta vedado. Los abordajes sanitarios de Salud Pública nunca llegan y trasladarse hasta el centro de salud más cercano les significa atravesar varios kilómetros de huella intransitable y después, mas 40 kilómetros hasta la villa de Media Agua.  

La atención médica de la Campaña empezó cerca de las 11 y continuó durante toda la siesta. Apenas se hizo un receso para almorzar. Por momentos el trabajo no fue fácil, porque el sol empezó a pegar más fuerte y adentro de la carpa el aire e hizo más denso. No obstante, cerca de las 17, todos los laguneros habían sido chequeados, diagnosticados, vacunados y medicados. 
En pocos minutos, el campamento sanitario se desarmó y la carpa volvió a la caja del camión del RIM 22.