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Imputaron a un hombre por arrojar la camioneta a un barranco para matar a su pareja
Tras golpearla la noche anterior, el hombre localizó a la víctima, la subió a la camioneta y, tras una discusión, lanzó el vehículo al precipicio. Dos empleados declararon falsamente por miedo hasta que la investigación reveló la verdad.
POR REDACCIÓN
Un registro audiovisual obtenido en la Ruta Provincial 13, en las inmediaciones del paraje Kilka, constituye un elemento probatorio central en la investigación por la muerte de Mabel Rosana López Fernández. Las imágenes, captadas instantes después de que una camioneta 4×4 blanca se precipitara por un barranco, documentan la declaración espontánea del testigo: "Se tiró recién… está vivo si se tiró de la camioneta recién". Esta afirmación contradice la versión del accidente sostenida inicialmente por el conductor del vehículo, Ramón Alcides Reyes, actualmente imputado por el delito de femicidio.
La investigación fiscal determinó que Reyes actuó con la intención de causar la muerte de su pareja. La víctima fue hallada con graves heridas en el cauce de un mallín y falleció durante su traslado al hospital de Zapala. El imputado sobrevivió al impacto, circunstancia que se atribuye al uso del cinturón de seguridad. En el lugar del hecho, la camioneta aparecía destrozada entre las rocas después de una caída vertical y varios vuelcos.
Los antecedentes recabados por la fiscalía establecen que, en la noche previa al hecho, se había producido un episodio de violencia en una cabaña de Moquehue donde ambos se alojaban con dos empleados. La mujer logró huir durante la madrugada y fue encontrada por los trabajadores, quienes decidieron acompañarla hacia Villa Pehuenia. En ese trayecto, la víctima relató los hechos, exhibió las lesiones y mantuvo comunicación con un familiar para informar sobre su situación.
El desarrollo de la investigación evidenció contradicciones en los testimonios iniciales de los empleados. Durante la audiencia de formulación de cargos, la representante del Ministerio Público Fiscal señaló que los testigos –cuya situación laboral dependía del imputado– habían proporcionado inicialmente una versión falsa de los hechos. Uno de ellos, un adolescente de 17 años en situación de vulnerabilidad, reconoció posteriormente haber falseado su declaración por temor.
Según la reconstrucción fiscal, alrededor de las diez de la mañana del día del crimen, Reyes localizó a la víctima y convenció de regresar. Durante el trayecto en vehículo se escuchó una discusión en guaraní donde la mujer manifestó que no perdonaría la agresión sufrida. Al arribar a la zona del puente de Kilka, los empleados fueron invitados a descender del rodado. Acto seguido, el conductor aceleró y dirigió el vehículo intencionalmente hacia el precipicio.
La jueza de garantías Bibiana Ojeda confirmó la imputación por homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género, y decretó la prisión preventiva del acusado por dos meses. La medida se fundamentó en el riesgo de influencia sobre testigos y el peligro de fuga, considerando la doble nacionalidad del imputado. La investigación continúa con pericias vehiculares, análisis de dispositivos electrónicos y obtención de testimoniales, dentro de un plazo de cuatro meses establecido para la etapa de instrucción.