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A un año de su muerte: la huella de Jorge Lanata en los medios y el poder
El fundador de Página/12 falleció hace un año tras una carrera marcada por primicias y desafíos al poder político.
POR REDACCIÓN
Este 30 de diciembre de 2025 se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Jorge Lanata, quien murió a los 64 años en el Hospital Italiano. Su partida, producto de una complicación por neumonía tras varias internaciones, cerró una trayectoria de innovación constante en la que fue considerado el periodista más influyente de su generación, integrando el "club de tótems" junto a figuras como Jacobo Timerman y Bernardo Neustadt.
Nacido en Mar del Plata y criado en Sarandí, su vida estuvo marcada por la enfermedad de su madre, Angélica, y el descubrimiento tardío, a los 55 años, de que era adoptado. Inició su carrera a los 14 años en Radio Nacional y a los 27 fundó Página/12, medio que revolucionó la prensa argentina con un estilo ácido y portadas disruptivas sobre escándalos como el "Yomagate". Posteriormente, creó la revista Veintitrés y el diario Crítica de la Argentina, además de brillar en televisión con Día D y Periodismo Para Todos (PPT), y en radio con Lanata Sin Filtro, donde alcanzó casi el 50% del share.
Lanata fue el arquitecto de investigaciones determinantes como la "Ruta del Dinero K", que erosionó la imagen de Lázaro Báez y Cristina Kirchner. En 2013, popularizó un término que marcó la política nacional: “Le puse nombre a lo que pasaba en el país”, afirmó al referirse a "La Grieta". Su visión del oficio era clara: “Soy periodista porque tengo preguntas. Si tuviera respuestas sería político, religioso o crítico. Por eso el periodismo militante es la antítesis de lo que soy: ellos están llenos de respuestas y están dispuestos a aplicarlas. Soy periodista porque no sé. Preguntar es un modo de desobedecer, de cuestionar. Al objeto o al sujeto que está ahí se le pregunta: ¿sos lo que decís?, ¿sos lo que mostrás?, ¿qué sos? Preguntar es cuestionar y cuestionar es conocer”.
Además de su rol frente a las cámaras, fue un formador de talentos como Leila Guerriero y Ernesto Tenembaum. Sobre su capacidad para detectar el potencial ajeno, sostenía: “Yo veo en ellos algo que ellos no ven, pero que ellos tienen. Mi trabajo es lograr que ellos sean lo más ellos que puedan. Lo más libres que puedan dentro de lo que ellos son. Cuando armo el equipo, trato de trabajarlo así”.
En lo personal, se casó cinco veces y tuvo dos hijas, Barbarita y Lola. Su salud fue un desafío constante: convivió con diabetes, hipertensión, una adicción a la cocaína durante una década y un perenne tabaquismo que exigía por contrato. En 2015, protagonizó el primer trasplante de riñón cruzado de Latinoamérica. Su última esposa, la abogada Elba Marcovecchio, lo recordó hoy con un emotivo mensaje: “Te encontré en mis sueños”.
Lanata también fue autor de bestsellers como Argentinos e incursionó en el teatro con La Rotativa del Maipo. En 2016, su trayectoria fue coronada con el Martín Fierro de Oro, reafirmando un legado que, según las fuentes, desafió sin tregua el statu quo de los medios en Argentina.