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A un mes de la muerte de Lucía Rubiño, la recordaron con una misa
A un mes de su muerte, familiares y amigos participaron de una misa en honor a Lucía Rubiño, la joven de 16 años que murió atropellada en el barrio Profesional, en Rivadavia.
Por Angel Ligorria
A un mes de la lamentable partida de Lucía Rubiño, familiares y amigos realizaron una misa en su honor al haber pasado 30 días de la tragedia que enlutó al barrio Profesional, el pasado 15 de octubre. En la Capilla del Colegio Santa Rosa de Lima, el sacerdote Eduardo Gutiérrez fue el encargado de brindar la ceremonia donde aseguró que pese a que la partida de la joven bailarina fue “una desgracia”, ella se encuentra en paz.
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Parafraseando algunas de las palabras que tuvieron las lecturas del día, el sacerdote destacó la primera lectura del Libro de la Sabiduría, donde el texto plantea el interrogante en el escrito bíblico de aquellos que mueren de una forma prematura, cuando nadie lo esperaba, cuando nadie lo suponía, y nadie lo imaginaba.
“El autor dice que las almas de los justos están en manos de Dios, no los afecta ningún tormento. A los ojos de los hombres estaban muertos, su partida fue considerada una desgracia, como hemos considerado la partida de Lucía, una desgracia porque realmente lo ha sido. Su alejamiento de nosotros fue considerada una completa destrucción”, afirmó.
Luego aseguró que a pesar de que su partida puede ser considerada una desgracia, “Lucía está en paz” y su esperanza está llena de vida eterna. “La verdad que debemos comprender es que la muerte no es el final, sino el comienzo de la vida eterna”, agregó el presbítero, mientras a algunos de los presentes se les caían algunas lágrimas por sus mejillas.
A continuación exclamó que quienes confíen en Dios, comprenderán la verdad y permanecerán juntos a en su amor. “¿Cuál es la verdad que tenemos que comprender hoy? El dolor tan grande, inexplicable para sus familias, sus amigos, sus compañeros. ¿Qué verdad podemos comprender? Podemos comprender la verdad de la vida eterna, esa es la verdad. Podemos comprender el misterio de nuestra vida, que es un camino de peregrinación. Podemos comprender que la verdadera casa es la casa de Dios”, amplió.
Sobre esto último, el padre Eduardo manifestó que para los fieles es más fácil comprenderlo cuando alguien con muchos años hace su partida hacia el otro plano. Pero cuando alguien tan joven muere cuesta mucho comprender su partida.
Durante la misa, familiares y amigos vivieron el momento en absoluto silencio, recordando a la joven que murió atropellada. Además, a través de las redes sociales invitaron a participar de la ceremonia religiosa, como así también solicitaron realizar una oración por ella. En primera fila se pudo observar a la madrina de la estudiante que perdió su vida el pasado 15 de octubre.
“Solo el don de la fe nos puede dar un poco de luz para descubrir que la muerte de todos nosotros. Todos vamos a morir, no es un final ni una tragedia, pero realmente la muerte es un comienzo. Parece mentira, pero es así, es el comienzo de la vida, es el viaje que vamos a hacer”, aseveró.
“Estoy seguro de que Lucía está con nosotros, está delante de nosotros, está en la cara, en su presencia, está en paz, y llegó a su fin. Ella comenzó su resurrección. Por eso hoy pedimos por Lucía para que ella ya esté viviendo su resurrección”, cerró la homilía el sacerdote.