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Economía > Transformación artificial

En Argentina, 6 de cada 10 personas usan IA, pero las empresas no logran adaptarse

Mientras la inteligencia artificial se incorpora rápidamente en la vida cotidiana, las organizaciones enfrentan barreras culturales y estructurales que dificultan su adopción y limitan su impacto productivo.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
La medición del impacto de la IA en las empresas es limitada. Foto: Gentileza

En Argentina, la inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como una herramienta habitual para el 60% de la población, pero el sector empresarial no acompaña esta tendencia con la misma velocidad. Así lo revela el Monitor Nacional de Inteligencia Artificial 2025, un informe desarrollado por Taquion Group en conjunto con RESTART, iplan y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El estudio, basado en una encuesta online realizada a 1.301 personas mayores de 18 años entre el 4 y el 16 de noviembre de 2025, señala que 6 de cada 10 argentinos utilizan IA en su vida personal y que el 70% de estos usuarios considera que esta tecnología mejora notablemente su productividad. Sin embargo, en el ámbito laboral las cifras son mucho más bajas: solo el 43% de los empleados afirma que su empresa utiliza IA, y apenas un 6% indica que su uso es amplio dentro de la organización.

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Esta disparidad refleja la existencia de un “dolor analógico” dentro de las compañías argentinas, caracterizado por procesos manuales y falta de innovación, según el 16% de los empleados consultados. Además, solo el 31% de las organizaciones cuenta con un área o responsable de innovación o transformación digital, y apenas el 7% dispone de un departamento dedicado con presupuesto propio.

El informe detalla que más de dos tercios de los trabajadores manifiestan que sus empresas nunca intentaron implementar IA o abandonaron los proyectos prematuramente. Las principales causas de estos fracasos son la mala integración con sistemas existentes (24%), la falta de resultados esperados (20%) y la complejidad para implementar las soluciones (16%).

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En cuanto a las barreras para la adopción, el 21% de los encuestados identifica como principal obstáculo el desconocimiento sobre cómo integrar la IA a los procesos, seguido por la falta de conocimientos técnicos en el equipo (20%) y la carencia de herramientas adecuadas para cada rubro (18%).

La percepción sobre el riesgo de no adoptar IA es heterogénea. Cerca del 50% cree que su organización podrá subsistir en los próximos cinco años sin incorporar esta tecnología, mientras que un 23% duda de ello y un 11% teme que la empresa quede obsoleta. Este temor es mayor en sectores intensivos en conocimiento, como marketing, servicios profesionales, energía y minería, mientras que en comercio minorista y bienes raíces el 58% confía en la continuidad sin necesidad de IA.

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Respecto al uso de IA dentro de las empresas, los procesos más beneficiados son marketing y comunicación (40%), análisis de datos y reportes (31%), atención al cliente con chatbots o asistentes (30%) y desarrollo de productos y servicios (27%). En cambio, áreas como administración, logística, finanzas y recursos humanos tienen una adopción mucho menor, evidenciando un amplio margen de crecimiento.

La cultura organizacional y el liderazgo son factores clave para la integración de la IA. Solo el 8% de los empleados afirma que la inteligencia artificial es un tema prioritario en la agenda directiva, y un tercio sostiene que la dirección rara vez o nunca aborda el tema. La capacitación formal es limitada: el 5% de las organizaciones ofrece formación obligatoria, el 9% opciones opcionales y el 45% no tiene planes de capacitación en IA.

Hernán Mazzeo, CTO de RESTART, subraya que “La IA genera productividad real cuando se integra en los procesos operativos de la organización. Ahí es donde los resultados se vuelven concretos”. Advierte que muchas empresas adquieren licencias o hacen pruebas aisladas sin rediseñar procesos, capacitar equipos ni definir indicadores, lo que convierte a la IA en un experimento más que en una palanca de negocio.

Además, la medición del impacto de la IA en las empresas es limitada: el 44% de los directivos no mide ningún KPI específico y más de la mitad no calcula el retorno de inversión (ROI) de estos proyectos. Solo el 12% posee métricas claras para evaluar el ROI, mientras que el 34% considera que no es prioritario medirlo.

En el plano personal, la IA es una herramienta en crecimiento. El 22% de los argentinos la usa diariamente, el 14% varias veces por semana y el 27% ocasionalmente. Entre quienes no la utilizan (38%), la mayoría está interesada en aprender a hacerlo. Los principales usos personales incluyen la búsqueda de información (64%), educación (47%), resolución de problemas cotidianos (31%) y tareas laborales (30%). El 42% de los usuarios la considera “muy efectiva” por el ahorro de tiempo, y el 29% la califica como “bastante efectiva”.

En la Ciudad de Buenos Aires, la promoción de la IA y la economía del conocimiento es una política estratégica. Hernán Lombardi, ministro de Desarrollo Económico, destaca ventajas como la mejor conectividad de fibra óptica del país, infraestructura tecnológica avanzada y una comunidad creativa y formada. El 64% de los porteños apoya la consolidación de Buenos Aires como hub regional de innovación y tecnología, el 39% está interesado en trabajar en el futuro Distrito de Inteligencia Artificial y el 48% desea acceder a capacitaciones gratuitas en IA, tecnología o cripto.

El Monitor Nacional de Inteligencia Artificial 2025 concluye que, si bien la sociedad argentina ya reconoce la utilidad de la IA a nivel personal, las organizaciones deben acelerar su transformación digital para no quedar rezagadas frente a los desafíos y oportunidades que impone la nueva economía digital.

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