Comunidad > Vecinos de Pocito Norte alzan la voz
Calles rotas, plazas abandonadas y basurales en Pocito
Habitantes de los barrios Agustín Gómez y Manzanares denuncian el deterioro estructural que afecta su calidad de vida desde hace años. Calles intransitables, plazas abandonadas y basurales a cielo abierto forman parte del paisaje cotidiano. Exigen respuestas concretas y rápidas del Municipio de Pocito.
Tras recibir múltiples mensajes en la redacción de DIARIO HUARPE, un equipo periodístico se trasladó al norte del departamento Pocito, específicamente a los barrios Agustín Gómez y Manzanares, situados al sur de Calle 5 entre Vidart y Frías. Lo que allí se encontró confirmó las denuncias de los vecinos: calles en pésimo estado, plazas abandonadas y terrenos baldíos transformados en basurales.
“Pedimos, por favor, que personal del Municipio venga y vea lo que denunciamos y que ustedes están viendo, porque no es mentira”, expresó Rosa Orihuela, vecina del barrio Agustín Gómez, visiblemente indignada. “Sinceramente, no queremos acostumbrarnos a vivir así, porque creemos que no corresponde y afea todo lo lindo de la zona”, agregó.
La zona es conocida como Pocito Norte, un sector que ha tenido un crecimiento habitacional notable en las últimas dos décadas. Sin embargo, los vecinos coinciden en que el desarrollo urbano no ha sido acompañado por una planificación ni atención adecuada por parte de las autoridades municipales.
Calles intransitables y peligrosas
Uno de los reclamos más reiterados es el estado de las calles, por donde circulan a diario cientos de vehículos. La presencia de pozos es constante, al punto que en una sola calle DIARIO HUARPE contabilizó tres en apenas 100 metros. Esta situación representa no solo una molestia, sino también un riesgo para conductores y peatones.
“El tránsito se vuelve peligroso, especialmente de noche. Las calles están rotas desde hace años y nadie hace nada”, comentó otro vecino que prefirió no dar su nombre. “Los autos sufren daños y hay accidentes menores que ya se han vuelto rutina”.
Basurales que nadie controla
Otro foco de conflicto son los terrenos baldíos sin cerramiento, que se han convertido en basureros clandestinos. Los vecinos aseguran que la basura no proviene de la comunidad local, sino de personas que llegan desde otras zonas para arrojar residuos.
“Le puedo asegurar que es gente de otros lugares que vienen a tirar todo tipo de basura a estos baldíos. Por acá nos conocemos todos y no son de la zona”, explicó Mario Gómez, vecino del barrio Manzanares. “La recolección de residuos es buena, en eso no tenemos quejas, pero sí pedimos que el municipio intime a los propietarios de los terrenos baldíos para que los cierren. Porque si no se cierran, limpiarlos no sirve de nada, debido a que al poco tiempo vuelven a tirar basura”, insistió.
Plazas abandonadas y sin forestación
El deterioro de los espacios verdes es otro de los temas que más molestia genera. En la recorrida de DIARIO HUARPE, las imágenes de las plazas dejaron en evidencia el abandono: juegos rotos, maleza, farolas destruidas y una total falta de mantenimiento.
“Si a ustedes les parece que esto es una plaza para disfrutar en familia, van a tener que ir a un oculista o a un psicólogo”, dijo con ironía Matilde Valdés, vecina del barrio Manzanares. “A mí me da vergüenza ajena esta imagen. No se puede hacer política diciendo que se están mejorando los espacios verdes y tener una plaza como esta”.
Además, los vecinos manifestaron su interés en que se implemente un plan de forestación. Consideran que es una medida necesaria, que nunca fue tenida en cuenta por el Municipio, y se ofrecieron a colaborar en su mantenimiento.
Desarrollo inmobiliario sin servicios
Pocito Norte ha sido uno de los polos de crecimiento urbanístico más importantes de San Juan. Sin embargo, esa expansión no ha sido acompañada por una inversión acorde en infraestructura ni servicios municipales básicos.
“Se han construido cientos de viviendas en los últimos años, pero pareciera que el Municipio no tomó dimensión del crecimiento y no planificó los servicios que acompañen”, indicó otro vecino. “No pedimos nada imposible: calles transitables, plazas cuidadas y que no nos rodeen basurales. Queremos vivir con dignidad”.
El abandono estructural no solo afecta la estética de la zona, sino que pone en juego la calidad de vida y la seguridad de cientos de familias que habitan allí.
Mientras tanto, la comunidad espera con los ojos puestos en el Municipio y con la esperanza de que, esta vez, las promesas se traduzcan en acciones concretas.