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El auge del Cabernet Franc: los secretos del creciente éxito en Argentina

La uva versátil: expertos del sector hablan sobre sus características únicas y el futuro en el país.

POR REDACCIÓN

Hace 8 horas
El Cabernet Franc se convirtió en el primer vino argentino en obtener 100 puntos Parker en 2013. (Fuente: Infobae)

Ninguno otro vino argentino ha logrado alcanzar la popularidad del Malbec, pero el Cabernet Franc está llamando la atención de los aficionados al vino. Alejandro Vigil, enólogo de Catena Zapata y El Enemigo, y actual Presidente de Wines of Argentina, no fue el primero en hacerlo, pero sí fue el gran impulsor del cepaje y el responsable de ponerlo de moda.

Vigil vio en el Cabernet Franc lo que ninguno otro vino vio: una alternativa al Malbec. No porque estuviera buscando reemplazarlo, sino porque mientras empezaba a sorprender al mundo con los Malbec de Catena Zapata, eligió el Cabernet Franc para plantar su propia bandera con los vinos de El Enemigo.

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Fue el primero en vinificarlo en diferentes regiones y con las más altas pretensiones, a diferencia de los otros que solo lo tenían como vino de un solo lugar. Así fue como el Gran Enemigo de Gualtallary de la cosecha 2013 pateó el tablero, logrando los 100 puntos en la publicación Robert Parker, justo el mismo año en el que esa prestigiosa plataforma coronaba por primera vez con 100 puntos a un Malbec argentino.

El logro alcanzó un mayor impacto, porque rápidamente lo puso a la misma altura de los Malbec, a pesar de la gran diferencia en la superficie plantada de ambas variedades y, por ende, de la cantidad de vinos. Vigil sabía que el Cabernet Franc era plástico y no solo se adaptaba bien a diversos suelos, sino que además podía reflejar los lugares con la misma diversidad y gracia que el Malbec, pero con un carácter diferente.

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El futuro del Cabernet Franc está asegurado, porque con mucha menos superficie (y vinos) ha logrado llamar la atención más que muchas otras variedades que la superan en volumen y cantidad de etiquetas. La clave, puede estar en su fluidez y trago consistente, gracias a sus texturas incipientes. Aunque los hacedores insisten en que es su frescura sostenida la que conquista los paladares.

Hoy, entre los pioneros y el empuje dado por Vigil, el Cabernet Franc continúa en auge, con cientos de etiquetas disponibles en el mercado. Sin embargo, se destacan más los que acusan cierta experiencia en su elaboración. Infobae entrevistó a varios de los hacedores, reconocidos como referentes de la variedad, para entender sus claves de éxito y el verdadero potencial que tiene la uva que sigue los pasos del Malbec.

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Federico Benegas posee vides centenarias de Cabernet Franc en su Finca Libertad. Ubicada sobre el lecho del Río Mendoza, donde en 1899 significaba para el viticultor tener agua asegurada en medio del desierto. Las raíces de esas plantas descienden hasta 4 metros de profundidad, y se preparan para entregar su 126º cosecha. Se cree que es el Cabernet Franc más antiguo del mundo.

Otras bodegas pioneras en el cultivo de Cabernet Franc son la Pulenta Estate, dirigida por los hermanos Eduardo y Hugo Pulenta, y la Finca La Celia, dirigida por la enóloga Andrea Ferreyra. Andrea Ferreyra ha trabajado en la Finca La Celia desde 2006 y es una de las personas que más elabora Cabernet Franc en la Argentina.

Otros personajes que han hecho mucho por el Cabernet Franc son Silvio Alberto, quien lo ha elaborado desde hace muchos años, y Pablo Richardi, quien lo ha utilizado en su vino Gran Corte desde 2007. También Philippe Caraguel, ingeniero agrónomo y enólogo argentino, ha trabajado con Cabernet Franc en su bodega Atamisque.

Todos ellos han analizado el presente y el potencial del Cabernet Franc en su día internacional. Cuenta Federico Benegas que el Cabernet Franc tiene una historia muy profunda en la Argentina, y en especial para su familia. Fue introducido al país por Tiburcio Benegas, su bisabuelo, a fines del siglo XIX.

Cuenta Andrea Ferreyra que hace 25 años, con poco más de 200 hectáreas cultivadas, el éxito del Cabernet Franc en Argentina era poco probable. No obstante, muchos productores, incluyendo a La Celia, apostaron a su potencial cualitativo, y hoy estamos viendo los resultados.

Según Silvio Alberto, el Cabernet Franc es un varietal sorprendente, de aromas y sabores muy expresivos, un vino amable para tomar en el corto plazo o para guardar. Asegura que con el Cabernet Franc la Argentina tiene un nuevo exponente varietal que le permitirá seguir creciendo y mostrar su capacidad de hacer otros vinos con la misma calidad y diversidad que el Malbec.

Para Pablo Richardi, el Cabernet Franc se da principalmente en el Valle del Loire (Francia), una zona fría y lluviosa. Por eso los de acá son muy diferentes a esos, porque provienen de climas cálidos como también los de Napa, Sudáfrica y Toscana, por ejemplo.

Philippe Caraguel cree que la superficie de Cabernet Franc debe ser acotada, porque eso significa que las uvas solo se destinan a vinos de gama media y alta, "por eso todos los exponentes que hay en el mercado expresan su máxima calidad posible".

Federico Benegas considera que sí, el crecimiento del Cabernet Franc es sostenido y ya no es una moda. La variedad rinde muy bien en distintas zonas del país —desde las históricas como Maipú hasta regiones frías de montaña— y además tiene un mercado sólido, especialmente en los segmentos de media y alta gama.

Andrea Ferreyra destaca que el crecimiento de superficie plantada ha sido constante, según los datos del INV a diciembre de 2024. "Y, a pesar de la tendencia general de menor consumo de vinos, la estadística demuestra la solidez del crecimiento del Cabernet Franc. Por lo tanto, considero que, después del Malbec, esta variedad continuará plantándose en zonas que ofrezcan las condiciones óptimas (clima, suelo, agua) para su cultivo".

Silvio Alberto destaca que la demanda de plantas de Cabernet Franc en los viveros viene creciendo, signo que todos están plantándolo en diferentes zonas y para distintos tipos de vino; jóvenes y de guarda. "Y si bien la crisis está retrasando sus expectativas de crecimiento, es el varietal que más crece en la Argentina. Y en épocas de apertura comercial, el Cabernet Franc está demostrando su potencial para conquistar nuevos mercados".

Para Pablo Richardi, es un mal momento para crecer en hectáreas, pero sí se están transformando otras variedades en Cabernet Franc (injertando) por eso va a crecer su superficie de manera paulatina. Además, hay que tener en cuenta que el mercado del Cabernet Franc en el mundo es muy limitado, y a la Argentina le cuesta imponer una botella que no sea Malbec.

Philippe Caraguel cree en el potencial del varietal, pero como hay sobreoferta de vinos, no considera que la superficie crezca. "Sin embargo, como el Cabernet Franc es como el Cabernet Sauvignon, tiene plasticidad adaptativa".

Para Federico Benegas, las dos expresiones funcionan muy bien, pero el Franc argentino tiene una personalidad tan marcada que como varietal es realmente sobresaliente. Por eso en 2002 fue la primera bodega en Argentina en elaborar y fraccionar un Cabernet Franc puro.

Andrea Ferreyra confiesa que en lo personal prefiero el Cabernet Franc elaborado como cepaje único. Silvio Alberto está muy seguro, sin dudas me gusta más como varietal, porque así lo descubrí hace 22 años y siento que refleja mejor su complejidad.

A Pablo Richardi le gusta de las dos maneras. Como varietal me resulta sutil, elegante y fácil, ideal para beber más joven. Y en cortes, considero que el Malbec es el compañero perfecto para lograr vinos con potencia y elegancia, como lo venimos haciendo con el Flechas de los Andes Gran Corte desde 2007, sin dudas uno de los pioneros en ese blend.

Philippe Caraguel me encanta como varietal y también, el aporte que le da a los assemblages, me produce gran satisfacción.

Según Federico Benegas, hay grandes Cabernet Franc en varias regiones, pero para mí el punto de partida es Cruz de Piedra, Maipú, donde está nuestro viñedo histórico de 1899. Ese lugar demuestra desde hace más de un siglo que el Franc puede ser profundo, equilibrado y longevo en suelos aluviales y clima templado.

Según la enóloga Andrea Ferreyra, los distintos microclimas y composiciones de suelo en subregiones específicas del Valle de Uco realmente contribuyen a la diversidad y singularidad de los ejemplares de Cabernet Franc, ofreciendo interpretaciones genuinas de sus características distintivas. "Es fascinante observar cómo la misma variedad puede mostrar perfiles tan variados y auténticos dependiendo de su origen dentro del Valle de Uco".

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