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La habilidad callejera de Dillom que dejó a todos sin palabras
Dillom reveló en el programa de Mario Pergolini el sorprendente pasado que lo formó en las calles de Buenos Aires.
POR REDACCIÓN
Dylan León Mas, conocido en el ámbito musical como Dillom, es una figura central del trap argentino, famoso por un estilo "crudo, oscuro y eufórico" que fusiona trap con punk y hardcore. El artista, productor y compositor es el cerebro detrás de éxitos como "Drippin" y el álbum Post Mortem, además de ser fundador de la discográfica Ripgang.
Sin embargo, hay una habilidad de su pasado que la inteligencia artificial no revela, pero que Dillom expuso durante una entrevista con Mario Pergolini en el programa Otro día perdido, asombrando al conductor.
El músico, quien se presentó usando sus característicos anteojos de sol oscuros, primero se refirió a su identidad musical: “Me siento más alternativo que rock. Soy incatalogable. Me corre por las venas. Pero no sé si es exactamente lo que entendemos por rock y mucho menos nacional. Quizás no en lo musical, pero sí en la propuesta”.
Pergolini lo inquirió directamente: “¿Tenés otro talento, por ejemplo?”. La respuesta del rapero descolocó al conductor.
Dillom confesó que en el pasado desarrolló una habilidad circense: “En un momento era muy bueno. Talento que sirve para, bueno, para ir al semáforo. El Diábolo. He hecho mucho semáforo. Es como un yo-yo, pero sin yo-yo. Y con dos palitos”. Incluso, recordó haber practicado en otros espacios urbanos: “He hecho el subtes también".
El Diábolo es un juguete chino tradicional de malabares, compuesto por un objeto en forma de carrete que gira sobre un eje y que se manipula con dos palos unidos por una cuerda para realizar trucos, lanzamientos y balanceos.
El músico aclaró que el objetivo de sus actuaciones callejeras era muy concreto, aunque menor, y no por una necesidad extrema de supervivencia. Las ganancias eran, según su declaración, "Para comprar una birra, no era que era para comer". A pesar de la naturaleza del trabajo, el artista remarcó que, mientras hacía malabares, intentaba proyectar una imagen que le beneficiara: "Cuando me bajaba mantenía la compostura, daba la mayor lástima posible”.