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Paredes, Caparros, Escudero y Ferreyra podrían irse del bloque del PJ
Las secuelas de la fractura del bloque peronista en la designación del Fiscal General reavivó una intención de rompimiento de bloque del PJ que ya había sido relatada en HUARPE.
Por Marcos Ponce
La designación del nuevo Fiscal General no solo marcó una victoria legislativa para el oficialismo. También dejó al descubierto una interna profunda en la principal bancada opositora: el bloque del Partido Justicialista. En medio de un clima de reproches, silencios y pases de factura, cuatro de sus integrantes volvieron a poner en duda su permanencia dentro del espacio, reeditando una tensión que HUARPE había anticipado meses atrás.
Se trata de Fernanda Paredes, Stella Maris Caparros (Pocito), Emilio Escudero (Caucete) y Sonia Ferreyra (Rawson), un grupo que desde hace tiempo dejó de actuar en sintonía con el resto del bloque y que volvió a mostrar señales de coordinación política propia incluso sacándose fotos juntos en la FNS 2025. Su presencia conjunta y el tono de sus conversaciones alimentaron las especulaciones sobre una pronta ruptura.
El malestar que detonó la tensión
Según confirmaron fuentes calificadas, la chispa final fue el tratamiento de la designación del Fiscal General. Paredes, una de las voces más críticas dentro del espacio, se mostró particularmente molesta con la estrategia adoptada por la conducción del bloque. La diputada llegó a comunicarle al presidente de la bancada —y del partido—, Juan Carlos Quiroga Moyano, que estaba dispuesta a romper y conformar un bloque propio si la dinámica interna no cambiaba.
La advertencia cayó en un bloque que aún no termina de cerrar las heridas del quiebre que se expuso durante la votación. Y aunque desde el PJ intentan minimizar la gravedad de la situación, lo cierto es que el clima interno dista mucho de ser estable.
Una historia que se repite
La posibilidad de una fractura no es nueva. En marzo de este año, HUARPE reveló que estos cuatro legisladores habían comenzado a coordinar posiciones de manera autónoma. A pesar de participar en las reuniones formales del bloque, mantenían encuentros propios para analizar los proyectos que ingresaban a la Cámara y acordar una postura común.
Ese espacio alternativo, según explicaron fuentes cercanas, surgió como respuesta a la falta de incidencia que sentían dentro del bloque uñaquista. La idea de fondo era —y sigue siendo— tener mayor peso político y evitar quedar diluidos en decisiones que consideran verticalistas.
Un bloque que podría redefinir el mapa legislativo
La eventual salida de estos cuatro diputados tendría un impacto directo en el rol del PJ dentro de la Legislatura. No solo reduciría numéricamente la principal bancada opositora, sino que también podría generar un reacomodamiento de fuerzas que favorecería al oficialismo en debates sensibles.
Además, un bloque nuevo —o incluso un interbloque más flexible— les permitiría a estos legisladores posicionarse con mayor autonomía en negociaciones clave hacia el 2025, cuando varios proyectos estructurales comenzarán a avanzar en comisiones.
Por ahora, nadie confirma la ruptura, pero todos dentro del PJ la dan como una posibilidad real. En un escenario de alta tensión y con heridas aún frescas tras la votación del Fiscal General, la pregunta ya no es si habrá o no una fractura, sino que cuándo se hará pública.