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Menos agua, más planificación: las obras sostendrán el abastecimiento en San Juan
La provincia enfrentará un nuevo ciclo con menor caudal, pero garantiza que la planificación y las reservas son la clave para mitigar la sequía histórica.
Por Germán González
Tras darse a conocer públicamente el pronóstico hídrico para San Juan, David Devia, director de Recursos Hídricos de la provincia, confirmó en declaraciones radiales cuál es el sector que más agua consume. Lejos del mito instaurado que es la minería, el sector que más utiliza el caudal es el agro.
La información la dio a conocer Devia en diálogo con Radio Sarmiento. El nuevo ciclo contará con un valor promedio central de 950 hectómetros cúbicos (hm³), lo que representa una disminución de caudal en comparación con el ciclo pasado, que registró 1.250 hm³.
A pesar de contar con menos agua, Devia enfatizó que la noticia no es necesariamente negativa, sino que es “excelente” porque la provincia puede adaptarse y prepararse al conocer el escenario que enfrentará con alta asertividad.
Mitigar la sequía
La estrategia de San Juan frente a la crisis hídrica se basa en acciones de corto, mediano y largo plazo, enfocadas en la gestión y la planificación, según declaró Devia. La clave radica en que, si bien no se puede modificar el componente natural de la sequía (la cantidad de agua disponible), sí se puede gestionar el recurso. El pronóstico hídrico es la herramienta central para la planificación.
Primero, la provincia encaró obras trascendentales. Estas regulan las venas centrales de distribución del agua, especialmente en el Valle del Tulum. Se destacan la renovación del Dique Ignacio de la Rosa y el Partidor San Emiliano. También se eficientizó el trabajo de monda y la distribución del agua, sumado a un conjunto de obras menores que contribuyen a la gestión.
Por otro lado se trabaja en balances continuos para asegurar primero las asignaciones para el consumo humano y las pérdidas (por evaporación e infiltraciones, que rondan los 100 hm³ o 10% del volumen). Luego, se asegura la seguridad de las presas antes de otorgar la cuota de asignación a los sectores productivos.
En paralelo, la estrategia busca generar reservas en los embalses para afrontar años con menor oferta. La gestión actual heredó la administración con un 18% de capacidad de reserva y ha logrado revertir la situación, superando el doble de ese valor. Además, se fijan límites al sector productivo primario mediante el diálogo y el consenso.
Asimismo, se busca destinar el recurso a lo que sea mucho más productivo y rentable en términos económicos, asignando un valor real al agua.
En lo que es una visión a largo plazo, el plan de gestión integral de recursos hídricos se basa en la estadística que indica que, de cada 10 años, en dos faltará agua y por ello, en los ocho años restantes, se deben desarrollar acciones para satisfacer las demandas, pero resguardando las reservas.
Devia señaló que la tendencia histórica del Río San Juan muestra una baja continua. Mientras que el promedio histórico hasta 1909 era de 1.933 hm³, en los últimos 20 años bajó a 1.500 hm³. Dado que la tendencia está en baja, la disminución de la oferta hídrica no es considerada una cuestión cíclica.
Finalmente, el director destacó que el plan de gestión debe comenzar a encarar el balance entre el agua superficial y el agua subterránea, esta última considerada un recurso estratégico de la provincia, ya que actualmente se extrae agua sin que este se recargue.
El consumo del agua
Según un informe de la Universidad Nacional de San Juan, en la última década el 93% del agua consumida en la provincia fue utilizada por el sector agroindustrial, mientras que el 3,5% correspondió a la minería, el 1,88% al consumo poblacional y el 1,4% a la industria. El porcentaje restante se destinó a usos recreativos, medicinales y pecuarios.