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El clima extremo complica la dinámica militar y la logística en la guerra de Ucrania
Las bajas temperaturas, lluvias intensas y nevadas afectan la movilidad, el uso de drones y la estrategia de ambos bandos, imponiendo nuevos desafíos en el conflicto que continúa en el este de Ucrania.
POR REDACCIÓN
Las condiciones meteorológicas adversas en Ucrania están transformando el desarrollo de las operaciones militares, debido a que el frío, las lluvias y las nevadas dificultan la movilidad, la logística y la eficiencia tecnológica de ambos bandos en conflicto.
El descenso de las temperaturas y el aumento de las precipitaciones reducen la eficacia de los drones, herramienta clave para la vigilancia y ataques, y exponen más a la infantería, que enfrenta mayores riesgos al moverse por terrenos embarrados y menos cubiertos por follaje.
Oleksí Melnik, analista militar del Centro Razumkov, explicó que "la disminución del follaje dejará más expuesta a la infantería rusa, que suele desplazarse por franjas boscosas para evitar ser detectada por los drones ucranianos". Añadió que esto también afecta a las tropas ucranianas, que tendrán más dificultades para ocultar sus posiciones ante los drones rusos.
El experto señaló que "esto afecta más a los atacantes, que deben moverse y se exponen más, mientras que los defensores pueden usar otros métodos de camuflaje".
El portavoz del comando 'Dnipró' del Ejército ucraniano, Víktor Tregubov, afirmó que el frío dificultará la infiltración rusa en la ciudad de Pokrovsk, objetivo principal en el este, y aseguró que "el frío terminará fortaleciendo la defensa ucraniana y la 'ofensiva invernal' de Rusia fracasará".
Las lluvias intensas ralentizan los desplazamientos militares al limitar la capacidad de los vehículos para transitar fuera de las carreteras, lo que obliga a depender de vías pavimentadas, donde son más vulnerables a ataques. El general Andrí Gnatov, jefe del Estado Mayor ucraniano, destacó esta dificultad tras días de fuertes precipitaciones.
Melnik agregó que estas carreteras se han convertido en "zonas de muerte, cubiertas de vehículos destruidos", aunque destacó que el terreno afecta menos a Rusia, que ahora prioriza ataques de infantería a pie sobre el uso de blindados.
La humedad y el frío perjudican también el funcionamiento de los drones, cuya electrónica puede dañarse y cuya autonomía se reduce, lo que limita su impacto en ataques y defensa. Esto podría aliviar temporalmente a las tropas ucranianas, que enfrentan escasez de suministros y dificultades para evacuar heridos, pero también debilitará sus defensas basadas en drones, aumentando la relevancia de la artillería y armas convencionales.
El frío y la humedad representan un gran desafío para la infantería, que debe protegerse de los bombardeos excavando trincheras profundas. Pavlo, un soldado de unos 30 años en Donetsk, relató que "por la noche, este frío repugnante se te mete lentamente bajo la piel, no importa cuán abrigado estés". Voluntarios civiles reparten calentadores químicos para manos y pies, aunque su efecto es temporal.
A pesar de las adversidades climáticas, ambos ejércitos están acostumbrados a operar bajo condiciones extremas tras más de tres años y medio de conflicto, con temperaturas que oscilan entre 15 grados bajo cero en invierno y 35 en verano.
El general Gnatov aseguró que ningún tipo de clima hará que Rusia abandone sus objetivos prioritarios, que siguen siendo la captura de Pokrovsk y Dobropillia, en la región de Donetsk.
Expertos coinciden en que el éxito ruso dependerá de su capacidad de reclutamiento, en medio de reportes de inteligencia ucraniana que señalan una disminución en nuevos contratos militares y un aumento en la movilización encubierta.
Por su parte, la efectividad de la resistencia ucraniana estará ligada a la entrega oportuna de armas y municiones, la calidad del liderazgo y su capacidad de movilización interna.