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Provinciales > Crisis hídrica

San Juan: obras y planificación clave para afrontar la sequía histórica

El plan estratégico provincial prioriza la renovación de obras fundamentales, el incremento de reservas y la gestión eficiente para garantizar el consumo humano y sostener el sector productivo.

Hace 5 horas
San Juan se prepara para un nuevo ciclo hídrico crítico con un derrame del Río San Juan muy por debajo de la media. Foto archivo DIARIO HUARPE. 

El río San Juan tendrá un derrame de 950 hectómetros cúbicos, muy por debajo de su media histórica. A pesar de las cifras bajas, el director de Recursos Hídricos de la provincia, David Devia, destacó en declaraciones radiales que conocer el escenario es una "excelente noticia" ya que permite la planificación, adaptación y preparación, condiciones fundamentales para el éxito ante la crisis.

 "Yo creo que no tenemos malas noticias, tenemos excelentes noticias. ¿Por qué? Porque lo peor que nos puede pasar es enfrentar escenarios que no sabemos qué va a pasar. Pero cuando sí sabemos lo que vamos a enfrentar, conocemos lo que puede llegar a pasar con una alta asertividad, pues entonces podemos prepararnos, adaptarnos y eso es una condición de éxito", dijo Devia.

San Juan se enfrenta a un escenario hídrico desafiante para el ciclo que comienza. El pronóstico hídrico 2025, presentado recientemente por las autoridades, prevé un derrame de 950 hectómetros cúbicos (hm³) para el Río San Juan.

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Este valor está significativamente por debajo de los 1250 hm³ pronosticados (y casi exactamente cumplidos) en el ciclo pasado. Más aún, si se compara con el promedio histórico desde 1909 (1933 hm³) o el promedio de los últimos 20 años (1500 hm³), la escasez se hace evidente, mostrando una tendencia a la baja que no es meramente cíclica en el corto plazo.

Según declaró Devia en Radio Sarmiento, el plan estratégico de San Juan se centra en acciones de corto, mediano y largo plazo, buscando gestionar aquello sobre lo que sí se puede actuar, ya que el componente natural de la sequía no puede modificarse.

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Obras hidráulicas: la prioridad en la distribución

La estrategia de mitigación de la provincia se apoya fundamentalmente en la realización y finalización de dos grandes obras que regulan la distribución de agua, especialmente en el Valle del Tulum, el oasis más grande de la provincia en superficie, concentración poblacional y actividad económica:

Partidor San Emiliano: esta obra trascendental, que regula las venas centrales por donde se distribuye el agua, llevaba décadas sin la atención específica necesaria. Recientemente se completó su renovación.

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Dique Ignacio de la Roza: sus renovaciones de compuertas y motorizaciones fueron inauguradas por el gobernador hace aproximadamente un año y constituyen otra obra clave en la gestión del recurso.

Estas obras permiten un mejor control y una mejor distribución del agua, priorizando en primer término el consumo humano y, en segundo lugar, el sector agropecuario.

El director de Hidráulica, Raúl Ruiz, enfatizó que, ante el contexto de sequía, el organismo debe trabajar fuertemente en la eficientización del recurso y el mejor aprovechamiento del mismo. A estas obras centrales se suma la eficientización del trabajo de monda en la distribución del agua.

El ministro de Producción, Gustavo Fernández, señaló que el gobierno priorizó la recuperación de la seguridad en la cabecera de la distribución, revirtiendo "décadas de abandono" en la infraestructura hidráulica heredada. La próxima etapa de trabajo será enfocarse en la eficiencia del sistema de distribución, incluyendo los canales matrices.

Gestión y planificación: el camino para acumular reservas

La planificación, liderada por el pronóstico hídrico, es una herramienta central. Una de las principales diferencias de la gestión actual respecto a administraciones anteriores es el enfoque en el manejo de las reservas.

Recuperación de reservas: la gestión hídrica se recibió con solo un 18% de capacidad de reserva, un valor que se ha revertido para situarse actualmente por encima del doble de ese porcentaje.

"Nosotros heredamos esta gestión con un 18% de capacidad reserva y hoy estamos por encima del doble de ese valor", aseguró el funcionario en la entrevista radial.

Límite de asignación: esta recuperación fue posible gracias a la estrategia implementada el año pasado, que fijó un límite de 800 hm³ c/c para el sector productivo primario, una medida consensuada y reconocida por organismos como el INTA, INA, Conae, y la UNSJ, lo que permitió generar reservas en los embalses.

Balance del recurso: la gestión hídrica busca trabajar en los balances para no ofertar más de lo que ingresa. La definición de economía exige la "justa administración de los recursos que siempre son escasos".

Prioridades en la asignación del agua

La asignación del volumen total pronosticado se realiza mediante balances detallados, aunque las cuotas finales para los sectores productivos aún se están afinando y deben ser consensuadas con el sector primario.

Las asignaciones iniciales y fijas, antes de repartir la cuota productiva, son:

Pérdidas y filtraciones: se estima una pérdida estable de volumen por evaporación e infiltración cercana al 10% del total, equivalente a unos 100 hm³ c/c.

Consumo humano: se asegura en primer término el agua para Obras Sanitarias (OSSE). El volumen para la población se mantiene estable, en el orden de 120 a 121.6 hm³ c/c, lo que representa entre el 10% y 12% del recurso total.

Una vez cubiertos estos descuentos y la seguridad de las presas, se define la cuota de asignación para los demás sectores productivos. El enfoque de la gestión es destinar el recurso a lo que sea más productivo y más rentable en términos económicos, asignándole un valor real al agua.

Visión a largo plazo

El plan de gestión integral de recursos hídricos ya incorpora la certeza de que, mirando los escenarios futuros, de cada 10 años, en dos años faltará agua. Por ello, la estrategia central es utilizar los ocho años restantes para desarrollar reservas que permitan afrontar los dos años críticos.

Además de la gestión superficial, se está empezando a abordar el desafío de la interconexión con el agua subterránea, ya que actualmente se está extrayendo agua del vaso sin reponerla.

Devia afirmó que, si bien el sector agropecuario históricamente consume la mayor parte del recurso (entre el 90% y 93%), la planificación y la gestión son cruciales para que San Juan, un oasis construido en el desierto, continúe adaptándose a la disminución sostenida de la oferta hídrica.

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